Si realmente el tobillo de Luis Hernández le deja fuera de la partida, los problemas se le acumulan al admirable Abelardo, que de esta forma no podrá contar con uno de los peones más en forma de su tablero futbolístico para el partido crucial. Hay repuestos, claro, pero el central derecho está terminando la temporada a un gran nivel y su ausencia dejará al equipo sin uno de sus argumentos atacantes más eficaces: los saques de banda en largo. Y esto no es poco cuando tampoco se podrá tener sobre el campo a Nacho Cases, daño colateral de las desniveladas decisiones arbitrales en Madrid, siendo como es una de las salidas más lúcidas que tiene el Sporting.
Pues así de preocupantes pintan las cosas dentro del rectángulo de juego, que en la periferia del campo la afición no falla y otro lleno indesmayable empujará a la muchachada rojiblanca en volandas ante un Villarreal que no se juega prácticamente nada y que tiene los deberes hechos, con sobresaliente, de antemano. Por no poder ni puede mejorar su puesto en la tabla porque el Atlético es inalcanzable. Aparentes facilidades en las que no habrá que dormirse.
Nacho Cases, Ndi, Bernardo? esperemos que no Luis Hernández. Mucho plomo en las alas de este equipo que sufre por segundo año consecutivo una peculiar sanción que le impide moverse por el mercado de jugadores con la libertad de los demás.
Parece que será el turno en el mediocampo de Rachid, que cuando es llamado a filas rinde notablemente y con el aplomo de un veterano. Jugador en progresión aunque de perfil alejado de Cases. Armonizar esa zona vital del equipo con los mimbres de que dispone pone a prueba, otra vez, el talento de Abelardo y la adaptabilidad de alguno de sus jugadores. Tiene a favor que los jóvenes aprenden pronto. Y este es un equipo de guajes.
