Osasuna será el equipo que mañana ponga el punto y final a esta liga 20015-16 en el Carlos Tartiere. El equipo rojillo viene a Oviedo aún con posibilidades de meterse en la zona de promoción de ascenso a Primera, aunque ya no depende de sí mismo; posibilidad que desperdició al caer la pasada jornada en su campo frente al Huesca.
Como ya había comentado en la primera vuelta, han incorporado a su plantilla un puñado de jugadores muy jóvenes, varios de ellos procedentes del filial, que han ido creciendo con el paso de las jornadas y que han sido utilizados asiduamente por Enrique Martín. Sin duda, tras los serios problemas en los que se vio inmerso el club la pasada temporada y que les han salpicado a la hora de poder confeccionar la plantilla han conseguido salvar el año con buena nota, a pesar de la inexperiencia de muchos de sus jugadores.
Sus irregulares inicios en esta temporada se fueron corrigiendo en la segunda vuelta, manteniéndose durante la misma en puestos de play-off hasta la jornada 39.ª.
Han utilizado durante casi todo el año un sistema 5-3-2, que les permite una salida desahogada de balón con sus tres centrales, a los que suele ayudar uno de los pivotes. Procuran llegar a campo rival con pocos pases, bien a través de la movilidad y apoyos de los jugadores más adelantados o desplazando en largo sobre sus delanteros cuando se ven presionados para que sean los pivotes y los propios carrileros -según la zona- los que lleguen a las caídas para intentar finalizar con velocidad.
En algún momento de la temporada han probado a cambiar con una defensa de cuatro, pero al final siempre han vuelto a su idea inicial, que es como más cómodos se han sentido.
Es habitual verles ejercer una presión intensa tras pérdida de balón cuando están cerca del área rival utilizando muchos jugadores, hasta el punto de que si el adversario consigue librarse de esa presión les crea problemas al contragolpe.
Podríamos resumir su estilo de juego como práctico, intentando ser robustos en defensa y tratando de llegar rápidamente a la zona de finalización en ataque.
La alineación podría variar en dos o tres posiciones. En la portería estará Nauzet, titular todo el año. Su línea defensiva estará compuesta por un núcleo central de tres hombres, con el incombustible Miguel Flaño, flanqueado por el colombiano Tano y el joven canterano David García. Y en los carriles Javi Flaño en la izquierda jugando a pie cambiado y Oier en la derecha, jugador este que también se desenvuelve con soltura en el centro del campo. Su zona de creación la forma un trivote en el que podremos ver a Manolín, llegado en enero del Huesca, haciendo de vértice y acompañado por Merino, que a sus 20 años es pieza clave en este equipo, jugador completo y con llegada al área, y por Roberto Torres, pretendido por varios primeras. Este es su jugador referencia, su máximo goleador y asistente. En punta parece segura la presencia del veterano Nino, que a pesar de sus años sigue siendo un incordio para las defensas rivales; a su lado se abren diferentes opciones, con delanteros espigados y fuertes como Kenan Kodro o Urko Vera, o más dinámicos y de juego entre líneas como el esloveno Pucko o De las Cuevas.
Temporada que se acaba contra un equipo con historia y caché suficiente como para que podamos pensar en un encuentro atractivo, en el que ambos contendientes se juegan algo: unos la posibilidad de seguir soñando con el ascenso y otros despedir el año ante su afición, donde hubo momentos muy ilusionantes, y poder dejar en las retinas de todos buenas sensaciones que auguren éxitos cercanos.
