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Fútbol

Duros tiempos para Messi

El argentino, comparado con el jefe de una organización criminal en el juicio por defraudar a Hacienda

Messi ha tenido que aguantar sin rechistar una consideración sobre su persona como quizás jamás pudo haberse imaginado. No sólo es el rey del fútbol sino que es también "el capo de una organización criminal", en palabras del abogado del Estado que intervino en el juicio en el que el futbolista y su padre se sentaron en el banquillo de los acusados por presunto delito fiscal. Y menos mal que Mario Maza se declaró seguidor del Barcelona, también durante su alegato en el juicio, para que no se pueda decir que le tiene una inquina personal.

Maza no se anduvo por las ramas a la hora de justificar su petición de 22 meses de cárcel para el jugador del Barcelona. El representante de la Agencia Tributaria no se cree ninguna de las declaraciones de Messi de que no sabía nada de nada de sus asuntos económicos, cargando toda la responsabilidad en su progenitor porque, viene a decir, que como es lógico la responsabilidad es de cada uno, personal e intransferible, y por eso porque lo considera perfectamente consciente y sabedor de lo que hacía lo equipara a un jefe mafioso.

Además en este caso ya llovía sobre mojado puesto que el padre de Messi, pese a lo dicho por su hijo, también se evadió, y no es un juego de palabras, de lo que le toca, culpando a los asesores. Total, que en el banquillo se sentaban dos inocentes de acuerdo también con la fiscalía que no presentó acusación una vez que el futbolista regularizó su situación con el Fisco en cuanto trascendió el problema detectado con los derechos de imagen, por cuyos ingresos no había pagado como debía, y no estaban quienes debían, de acuerdo una vez más con la tesis de la defensa, que todo lo reduce a un problema de mal asesoramiento.

Es un juicio en el que se entrecruzan tantas cosas que propicia no sólo la discrepancia entre los representantes de dos instituciones públicas sino que se citen a las puertas del juzgado personas que no tienen ningún problema en jalear a quien está acusado de fraude fiscal, un delito que supone perjuicio para las arcas públicas y por consiguiente para todos.

La resolución del caso está ahora en manos del juez, pero entretanto se conoce la sentencia es claro que Messi vive días duros, empezando porque no es nada agradable que haya quien te equipare al jefe de una organización criminal, y es que muchas veces desgraciadamente para un futbolista la vida es más que un campo de fútbol.

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