El Molinón se aburre. En verano, aclaro. Nos lo dijo en un ataque de sinceridad, durante una rueda de prensa en una sala de sus mismas entrañas. Este estadio, siempre tan marchoso, echa en falta algún concierto de verano. Añora , sobre todo, a Tina Turner, "¡Que paisanona! ¡Un carácter! Me dejó temblando los cimientos un mes, por lo menos". "Ya andaba yo achacoso", confesó el emblemático recinto, "pero con la ex de Ike, llegué a pensar que la Tribunona me dejaba sin brazos". "Con el Boss también lo pasé mal, pero Bruce no es tan explosivo; lo suyo es el rock&roll continuo, pero sin mover tanto la cadera".
"Lo dicho, chicos -confió el histórico estadio-, yo estos dos, casi tres meses, me muero de envidia viendo a otros colegas: Bernabéu, Vicente Calderón, etc., que llenan el césped de rockeros: tíos y tías con una marcha de aúpa. Aquí la verdad lo pasé bien el último día de liga: las invasiones de campo me ponen, pero en plan bien; nada de porquerías, a mí que me pisen, pero pasado el festejo que me dejen como lo que soy: el mejor césped de este lado del Piles, por lo menos".
Pasado el arrebato comunicador, antes de cerrarse en banda y negarse a las típicas cuestiones futboleras: mejor gol en su pasto, jugadores preferidos locales y foráneos; en fin esos topicazos siempre al acecho, Molinón, muy gayu, dejó claro que él se imagina vestido de Europa League, aunque la Champions le enloquece, por el himno: "¡Cuando lo ponen a todo trapo en los bares de mis jodidos bajos, me excito, me pongo a mil!" "¡Neñu," -atajó a un becario- "dígotelo yo, eh, volveremos a Europa; al tiempu".
Fue una mañana informativa inolvidable; no todos los días te encuentras con escenarios míticos dispuestos a expresar sus sentimientos; ellos, tan callados, soportando el peso de la historia sin decir ni pío.
Quién lo está pasando mal es el Tartiere, pendiente de si habrá buen rollo con la afición la próxima temporada, después de las última jornadas que dejaron, otra vez, un tufillo a desencanto que en ese mismo instante final, sin tampoco pedir peras a Del Olmo, el chamaco, al menos, hizo un acto de contrición, cogió la maleta y se fue volando con destino a México DF.
Arturo Elías, -el dueño a 15.000 km.- que ahora lamenta del Pozo; está buscando solución mediática al banquillo azul. No es por aguar la fiesta ,pero, de ese perfil ya tuvo un míster el Real Oviedo: Lobo Carrasco; dejó pelo, perlas -las sigue produciendo- la penúltima a costa de Garbiñe Muguruza , ignorando que el tenis también se juega con cabeza, brazos, muñecas? Pues eso, cuidadin con las apariencias estéticas, los nombres rumbosos. Un pasado en el club, al contrario que en Gijón, parece contar poco. Así que, solo por mencionar, José Luis Quirós, en categoría veteranos; Paco Fernández, siempre presente; o Iván Ania, el futuro por comer, no tienen mucho que hacer en la Vetusta de Clarín. El Magistral no les ve desde la cima de su torre de marfil. Está tan lejos que no hay catalejo que valga.
