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Fondo Norte

La clientela está feliz con las llegadas

La situación contractual de Jorge Meré provoca, sin embargo, el encendido de todas las alarmas

Allô, Nancy, que para allá se va este Sporting nuevo y sin cuajar del gran timonel que va ya por la novena incorporación, más un tercer portero comprometido. Las derrotas de la pretemporada no son importantes, dicen los protagonistas, pero basta una dura para que la respuesta sea el anuncio de tres fichajes que vienen a tapar huecos y a reforzar líneas que parecían deficitarias. El Sporting lleva nueve incorporaciones, entre el jolgorio de las buenas gentes rojiblancas que llevan semanas haciendo colas en las oficinas del Anfield: cuando no es la renovación de los abonos son los abonos nuevos, o cuando no el cambio de asientos. Las colas rojiblancas son universales, aunque más de uno y de dos seguidores se pregunten por el faro del equipo. Porque más de uno y más de dos se preguntan qué jugador de los recién llegados va a ser considerado faro del juego rojiblanco.

Las encuestas realizadas a pie de taquilla dan un índice de felicidad rojiblanca que tiene que llenar de satisfacción a los responsables. La clientela muestra su felicidad, por lo que éstos han de sentirse satisfechos por la labor desempeñada en lo que va de verano y con más de veinte días de plazo para cerrar operaciones relacionadas con refuerzos y, quizá, con alguna salida.

Claro que no todo es de color de rosa. La noticia aparecida ayer en estas páginas sobre las profundas discrepancias entre el club y el defensa central Jorge Meré ha provocado que se hayan disparado todas las alarmas. Meré, por derecho propio, se ha convertido en uno de los símbolos del actual Sporting, muy por encima de algún que otro ilustre que ha ido a componer la figura lejos de aquí. Meré, en días de juvenil, tuvo que ser llamado a filas para suplir al lesionado Bernardo, cuya ausencia se cantó como anticipo de la catástrofe. Meré completo una Liga de ensueño y fue llamado por el seleccionador nacional a la concentración previa a la Eurocopa. Meré ha de renovar con naturalidad por el Sporting. Y cuanto primero, mejor; mucho mejor si es antes de que comience la temporada oficial. No será admisible el bloqueo de la situación del futbolista, símbolo sin duda de este Sporting que se quiere consolidar entre los mejores. Atenta la compañía, que vienen curvas.

El viaje de hoy a Nancy, la tierra que vio nacer como futbolista a un tal Platini, marca la frontera entre la pretemporada y lo que viene después. A quince días del primer encuentro oficial, la chavalería, y no tanta chavalería, del gran timonel Abelardo tendrá que acelerar en su puesta a punto ante la llegada del Athletic Bilbao de Valverde. Los días de las salidas a la playa y a la montaña más o menos alta, más o menos cercana se han dejado atrás, muy atrás. El olor a fútbol oficial se expande por los campos y ante ese olor no hay disculpa que valga. Sólo valen las buenas costumbres; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿qué queda de verdad pendiente para cerrar la nueva plantilla del nuevo Sporting?, ¿por qué Esuperio calla, por técnica, por táctica o por estrategia o, simplemente, porque no tiene nada que decir a quienes le quieran escuchar?

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