El ciclismo es un deporte tan sufrido que depara grandes sorpresas cuando menos se esperan. Así ayer pudimos ver como Contador al que en la jornada anterior se le pensaba ya muerto, hasta él mismo lo reconoció porque tenía un golpe muy fuerte en hombro y pierna similar al del Tour, sacó coraje y mucha clase para estar incluso por delante de los mejores.

Esto sólo lo puede hacer un verdadero campeón al que no se le quitó la ambición de juvenil y encima ayer habrá cogido mucha moral al comprobar que incluso pudo estar por delante de Froome, Valverde, Chaves y el líder Atapuma y muy cerca del nuevo líder Quintana.

Mientras que Samuel Sánchez, que tenía unos cortes en los dedos, acusó más la caída de Puebla de Sanabria porque los cuerpos maltrechos a veces no se sabe cómo reaccionan. El campeón olímpico de Pekín 2008 tenía mucha ilusión en la etapa de hoy en el Naranco pero viendo como va la carrera que el pelotón deja marchar pronto una fuga sin peligro tendría pocas opciones de luchar por la victoria. Aunque ahora lo principal es que pueda recuperarse lo más pronto posible porque ayer a la cima de La Camperona llegó completamente exhausto, lógico sabiendo su buena posición en la general y ver como los rivales le iban superando. Pero hay que estar contento con Samu que aún supo salvar el pellejo a base de una excepcional capacidad de sacrificio. Y hoy tendrá a su afición animandole al máximo que esto es capaz de resucitar hasta un muerto.

Así es el ciclismo que un día encumbra a un campeón y otro le entierra. Ahora después de una semana de carrera dura por Galicia se nota que a Chaves no le sentó bien La Camperona como el muro de Ézaro, al igual que a Froome la montaña leonesa porque al ir crecido de moral quiso arrollar y al final vio como le crecian los enanos del maltrecho Contador o el brillante Nairo Quintana. Esa es la grandeza del ciclismo y seguro que Froome habrá aprendido la lección para el Naranco y sobre todo en Los Lagos.