En la pasada edición de la Vuelta escribí en estas mismas páginas que me asustaba la situación del ciclismo profesional español, del escaso número de corredores nacionales y mucho más de la falta de equipos. Antes de iniciarse el pasado Tour no me animé a recordar que la edad de los ciclistas españoles en Francia superaba en mucho los treinta años. Pero, en estos momentos, que la Vuelta está de nuevo en Asturias y un español natural de Sabadell, David de la Cruz, fue noticia en el Naranco, creo que es necesario recordar algunos datos.
Tras La Camperona y antes de llegar al Naranco en la general quedaban 186 corredores. De ellos sólo 25 españoles. Un drama. Comenzó la etapa e Igor Antón, que soñaba con llegar a Bilbao donde ganó en 2011 para intentarlo de nuevo, no pudo tomar la salir. Por lo tanto 24. Sí 24. A pesar de ello, con ese bajísimo número llegó el primer milagro en forma de triunfo español de 2016 en Oviedo. David de la Cruz, 27 años, ganó y se convirtió en líder. David empezó en el Caja Rural en 2010. Emigró a Alemania para correr en el NetApp-Endura y el pasado año pasó al que ahora es su equipo Etixx-Quick Step.
Hay ciclistas españoles emigrantes, muchos ciclistas que superan la treintena y que nos dan muchísimo más de lo que debían con su edad, caso Alejandro Valverde o Alberto Contador, y hay también jóvenes en los que nadie ha pensado en los últimos años y que no pueden ser relevo de nada en el ciclismo español. Por más que haga la Vuelta Ciclista a España, por más que se rompa la cabeza su director, Javier Guillén, el panorama es triste.
Aunque alguien o muchos se han olvidado de sembrar y el panorama es sombrío, hay casos excepcionales. Uno de ellos está en Asturias. Si algo se ha hecho bien en el Principado es trabajar con la cantera, con los jóvenes o con los niños. En estos momentos muchos debían saber que de la mano de José Luis Junquera, desde hace unos meses ex presidente de la Federación Asturiana de Ciclismo, Asturias ha destacado con sus ciclistas en muchas categorías. Si se siguiera con la política de Junquera es muy posible que hoy no se estaría hablando o escribiendo sobre el preocupante futuro del ciclismo profesional español, como hizo también el domingo mi gran amigo y periodista Carlos Toro.
No estaría mal que además de disfrutar de territorios grandiosos como los Lagos, el Angliru, la Farrapona o las grandes montañas de Occidente aún por descubrir, echarán mano del trabajo de astures como Junquera, Pasamontes, Samuel Sánchez o Chechu Rubiera. Sus consejos ayudarían mucho. Seguro.
