VILLARREAL: Fernando Roig, presidente y alma mater del club castellonense, ha salido a la palestra con unas declaraciones, que han puesto en el disparadero del fútbol español, a su ex entrenador Marcelino García Toral. Sobre este tema se ha dicho y escrito especulaciones habidas y por haber: tiempos de la declaración, motivos más o menos asumibles para todas las sensibilidades, tanto de beneficiarios como de perjudicados, etc. La realidad de lo sucedido tiene su historia, que comenzó los días previos al encuentro con las declaraciones de Marcelino, de todos conocidas. Éstas no gustaron nada de nada al citado Fernando Roig. Como sería, que ningún alto miembro del consejo del club amarillo se desplazó al Molinón. Prefirieron acompañar a su filial a Barcelona, donde se jugaba el título de campeón del grupo III, de segunda B, contra el Español B. El Villarreal pasó en Asturias escasas doce horas (no pernoctaron). Fueron evidentes las continuas aclamaciones al técnico de Careñes, antes y después del encuentro, en los aledaños de El Molinón. La hiperactividad que Marcelino suele tener dirigiendo al equipo desde su zona técnica, quedo totalmente liberada durante el partido, donde pasó la mayoría del tiempo sentado en su banquillo, sin apenas órdenes a sus futbolistas. Las posteriores situaciones vividas en las declaraciones post-partido, así como las de las redes sociales, de familiares directos, no pasaron desapercibidas tampoco. Todo lo anterior, lo tenía en la noche del partido en su poder Fernando Roig, a través de un informe pormenorizado realizado al efecto. La indignación presidencial se puede presuponer. Pero faltaba un dato, para la toma de decisiones, que el minucioso dirigente suele llevar a efecto: la consulta a sus futbolistas. A algunos de ellos, los de más peso en el equipo. Detalle que no pudo realizar en su momento, porque ese mismo día los jugadores tomaban sus vacaciones. Una vez iniciada la pretemporada, el dirigente pudo conocer lo sucedido en el santuario del vestuario. Si de algo se puede vanagloriar el presidente amarillo, es de la entrañable relación con sus futbolistas, y demás componentes, como ya dejó claro el propio Marcelino, sobre el nexo habido. Lo que vino a continuación, está más reciente y todos ustedes lo conocen. Tómenlo por ahí, y no irán muy errados. ¡Ah!, y ante todo lo anterior, el Real Sporting está totalmente al margen de lo acaecido.
REAL SPORTING: Nueva etapa para el club representativo de nuestra ciudad. Son muchos los seguidores que no acaban de entender el drástico cambio dado en la filosofía del club. Los trece fichajes realizados de fuera, dejan bien a las claras que la escuela de fútbol de Mareo no funciona (ni un simple lateral ha sacado). Seamos claros, y dejémonos de medias tintas. El espíritu de cantera, al que apela el director deportivo, es un simple aforismo sin otra consecuencia práctica. Solo se debe de observar la duración de los contratos de los fichados, y ante esta tesitura díganme donde estará el espacio para los canteranos. Ceder a Pablo Pérez, uno de los últimos productos salido de Mareo, se podría considerar correcto, si no fuera porque se mantiene a un desconocido Afif, recomendado interesadamente desde Catar, para que disfrute de los minutos que podría tener el propio Pablo. Y al final, no estamos haciendo un futbolista propio, sino que lo estamos haciendo para otros. Doble error. Y para más inri, el presidente diciendo: "soy un amante del fútbol base". Candidez e ingenuidad en estado puro.
CANTERA: Quizás el firmante sea un tanto crítico con lo que respecta al trato que se le da a la cantera, pero uno no puede olvidar su pasado en este fútbol tan apasionante. Las frustraciones que padecen los jóvenes futbolistas, puede hacer que más de uno se quede en el camino. Y esto es muy lamentable. Por ello, espero se tome mi apreciación como simple discrepancia, y pensemos que de la discrepancia suele salir la luz, aunque muchas veces seamos tan necios, que preferimos vivir a oscuras. Y el penoso epilogo para la cantera, es cuando se nos cita a jugadores como Balotelli o Adebayor. ¿Recuerdan ustedes aquel secretario técnico sportinguista, de la década de los noventa, cuando dejó caer que le habían ofrecido para jugar en el Sporting al nigeriano Kanú, estando en el ocaso de su carrera, y cuando le habían detectado problemas de corazón, con una "insuficiencia valvular aórtica"? En fin, para olvidar.
