Del excelente comienzo liguero del nuevo Sporting del gran timonel habrá que destacar algo sobre tantas cosas destacables. Pongamos que conviene destacar la solidez casera, cuestión fundamental para alcanzar los logros que se marcan al comienzo de cada temporada. Como el Sporting tiene los objetivos que tiene, y que no son otros que la permanencia después de surcar el mar de la tranquilidad y ofrecer buenos partidos a los suyos, habrá que convenir que las victorias en el Anfield del Piles, dos de dos hasta ahora, serán la base de cerrar un buen balance de la temporada que acaba de comenzar.
Los problemas del pasado ejercicio, que los hubo, y serios, llegaron por la endeblez del equipo en su cancha, en la que perdió ante rivales bien cercanos. Por ejemplo, el Levante, a la postre descendido, o el mismo Getafe, ganadores ambos en sus visitas al estadio gijonés. El Sporting de hoy, aún sin solidificar del todo, cuestión normal si hacemos caso a teóricos solventes, pongamos que hablamos de Fernando Hierro, que aseguran que hasta Navidad los nuevos equipos no cuajan. En el caso del Sporting Navidad es siempre la frontera a la que llega fuerte el equipo, que se diluye después por razones desconocidas. El cambio también habrá de llegar a ese bajón.
El nuevo Sporting del gran timonel afronta ahora tres partidos a cual más complicado que van a ser unas buenas disculpas para ver de qué temple está hecho el equipo. El sábado, que está más cerca de lo que parece porque, damas y caballeros, señoras y señores diputados, hoy ya es martes, aunque esto siga sin ser Bélgica, los rojiblancos, que vestirán otro uniforme, se desplazan al Calderón madrileño donde espera un Atlético que ha borrado las dudas iniciales con la goleada de Vigo. A Vigo, precisamente, viajará luego el Sporting, al miércoles siguiente, donde ahora mismo sí que hay dudas porque el Celtiña no ha sumado todavía un punto. Le queda un partido por medio para no recibir a los rojiblancos sin estrenar el casillero del puntaje, que diría un argentino. Y tras los dos viajes, la llegada al Anfield del Piles del Barcelona de Luis Enrique. Casi nada al aparato para confirmar que este Sporting de los siete puntos en los tres partidos tiene porte y entereza para dar y tomar. Nadie discute que es posible que en las tres próximas jornadas el equipo no sume ni un punto. Y no pasaría nada.
Los lunes, al sol o a la sombra, son días adecuados para repasar clasificaciones. En el caso de Gijón lucen como nunca. Un Sporting con un gijonés al frente es nada menos que tercero. Otro gijonés, Muñiz, dirige al líder de Segunda División A, el Levante, y otro, Josu Uribe, está al frente del Melilla, segundo tras el Marbella, en Segunda B, auténtico asombro de la categoría. La escuela de entrenadores rojiblancos sigue dando frutos, demostrando que el fútbol empapa los poros de la ciudad. Mientras, las buenas costumbres han de ser mantenidas; si pregunto, ¿molesto?: ¿Esuperio, qué jugador de los fichados este verano no estaba en tu lista de preferidos e hiciste todo lo posible por impedir su llegada? Ojo clínico.
