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La pizarra de Rozada

Dos versiones opuestas en Getafe

Sobre la diferencia de rendimiento entre la primera y la segunda parte de los azules en el campo madrileño

El Oviedo mostró en Getafe dos caras muy diferentes, como si se tratara de dos equipos muy distintos. Una lástima, porque estuvo muy metido en la primera mitad, superior tácticamente y dominador y en la segunda, en cambio, estuvo a merced de su rival, que le ganó la partida por completo. Un equipo puede tener un bajón tras el descanso pero en ningún caso puede ser tan exagerado como el del domingo.

Me gustó el Oviedo en la primera parte. Se vio a un equipo con confianza en defensa, en la línea de los últimos partidos, muy junto. El Getafe le dio espacios y la gente de arriba se movió bien. El Geta jugó con un 4-3-3 y Michu se situó perfectamente a la espalda de sus dos interiores y los volvió locos. Susaeta y Nando supieron interpretar la situación e hicieron daño a la espalda de sus pivotes. Una de las cosas que más me gustaron de esa primera parte es que el Oviedo supo combinar el juego elaborado, con el juego directo. En ocasiones, jugó en largo a las peinadas de Toché, para que Michu se hiciera con las segundas jugadas y tratara de llevar el balón a las bandas, donde hubo situaciones de uno contra uno.

El Oviedo tenía el balón y el Getafe no sabía qué hacer. En el campo se oía el runrún con el paso de los minutos, pero todo cambió en la segunda parte.

La primera jugada tras el descanso (un centro al que no llega Molina) mostró que las cosas habían cambiado, que el Oviedo tenía menos intensidad, que no ganaba duelos y que no daba sustos. El Geta fue cogiendo confianza y haciéndose con el mando. El Oviedo se partió, se convirtió en un 4-2-4, que hizo que los laterales sufrieran mucho. Los locales lo tenían claro: buscaban el dos contra uno en las bandas y centros, mientras acumulaban gente cerca del área. Pacheco y Jiménez se metían hacia dentro y subían sus laterales. Eché de menos más ayuda de los extremos a la hora de defender. El problema es que cuando el Oviedo recuperaba el balón no salía. Le dio vida al Getafe.

Entiendo que es Segunda División, una categoría muy exigente, y en el fútbol se pueden dar situaciones así, que haya tramos en los que no salgan las cosas, pero no puede haber tanta diferencia entre los dos partes. Ayer más que nunca, viendo la situación de urgencia que atravesaba el Geta, el equipo tenía que estar junto, esperando que pasara el tiempo porque el estadio ya estaba nervioso. Y si te dominan con claridad, hay que intentar salir a la contra para dar algún susto. Puedes estar peor, pero debes procurar que no se note. Siempre pienso en el Atlético de Simeone: en muchos partidos le toca sufrir en algunas fases, pero sabe mantener la solidez, nunca desaparece. Es el camino que debe seguir el Oviedo si quiere crecer.

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