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Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento

Ambiente espectacular, digno de Primera División. Como exjugador de ambos equipos y como aficionado al fútbol, para el espectáculo que había fuera del terreno de juego, se vio después poca emoción sobre el césped. El Sporting salió bien, ordenado y a expensas del rival. El Barça, desde una posición muy cómoda, controló el partido en todo momento. Con un juego posicional, partiendo de la posesión de la pelota y con poco ritmo, aprovechó un par de desajustes para ponerse por delante. A partir de ahí, solo se vio un equipo.

La primera media hora fue la que permitió ver a un mejor Sporting. El planteamiento fue bueno, desde el orden defensivo. Y sabemos que eso, con el Pitu, el equipo lo tiene. El Barça, con un movimiento de balón bajo, pero un juego posicional muy bueno, en lo que es número uno, fue creciendo. Y así, hasta sacar partido de algún desequilibrio. En el segundo tiempo vimos a un Sporting que quiso adelantar líneas, ir a por ellos. Algo lógico por ir con el resultado en contra. Hubo alguna acción esporádica, pero no bastó. Neymar y Sergi Roberto fueron de lo más destacado del partido. En el caso del lateral derecho del Barcelona, es un jugador que tiene el fútbol en la cabeza. Además de despliegue físico, tiene calidad de golpeo y elige siempre bien. En el Sporting, lo individual se transformó en lo colectivo, en centrarse en armarse desde la defensa, sabedores de que se tendría poco el balón. El juego de equipo del Barça es el de un fútbol casi en recuerdo de lo que decía el gran Johan Cruyff: "mínimo esfuerzo, máximo rendimiento".

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