A la hora en la que se escriben estas humildes líneas nadie sabe cuándo llegarán a Gijón y se incorporarán, por tanto, al Sporting varios de los internacionales que habitan en las filas rojiblancas. Resuelta de forma adecuada la doble cita de selecciones europeas, con partidos en jueves y domingo, a lo más el lunes, los internacional de los equipos nacionales afectados van volviendo con naturalidad a sus clubes. Pero en otros continentes las fechas y horarios son tan diversos que provocan esa sucesión de incógnitas que, casualidades de la vida, afectan a los intereses rojiblancos. Ahora que la FIFA y la UEFA están en proceso de cambio harían bien, sobre todo la primera, en proceder a una unificación no ya de horarios sino de fechas para que las competiciones se vayan normalizando en el regreso de los jugadores a los clubes que les pagan las poderosas soldadas.
Se cree que hay jugadores del Sporting que se pondrán a las órdenes del gran timonel el viernes, cuarenta y ocho horas antes del crucial partido ante el Valencia de Prandelli, que impone sus ideas por lo que cuentan desde la capital levantina. Poco tiempo para descansar de los largos viajes y poco tiempo para afinar una puesta a punto necesaria para el compromiso dominical. Y a esperar que los internacionales lleguen en perfectas condiciones, que parece que no, y no pase como, por ejemplo, con Sergio Ramos, que va a ser baja en el Real Madrid mes y medio, nueve partidos.
Hay otros lesionados en la lista de España, aunque de menor importancia, no por los jugadores, que todos tienen importancia, faltaría más, sino por el rango de las dolencias. Queda, claro está, la polémica que no cesa de Gerard Piqué. Hay quien asegura que el futbolista ya había comunicado a la Federación Española de Fútbol su decisión de dejar la selección tras el Mundial de Rusia. Hay quien asegura que la Federación está preparando un plan para arropar al jugador y provocar que dé marcha atrás en su decisión. Y hay quien, como un ilustre lector gijonés de este periódico, que se plantea, y se plantea bien, que Piqué tuvo bien fácil resolver el problema de las dichosas mangas; ponerse la camiseta de manga corta, la de los famosos ribetes, y problema resuelto. Tiene razón el lector, que confiesa su admiración por la categoría futbolística del defensa central catalán. Un periódico informa que pidió las tijeras ya en el campo porque "las mangas le apretaban mucho". Ahí quedan todas las partes de la polémica, que irá para largo.
Lo que no va para largo, damas y caballeros, señoras y señores diputados, es el regreso de las huestes de Abelardo a la competición liguera. El domingo está a la vuelta de la esquina, y el domingo adquiere un relieve enorme a la vista de las cuatro derrotas consecutivas. El entrenador dice que duerme mejor que en la temporada pasada, pero las buenas gentes rojiblancas empiezan a añorar a algunos, no a todos, futbolistas que se fueron. Y si pregunto, ¿molesto?: ¿cuál es el criterio de Esuperio sobre esa circunstancia? Por ahora calla como un muerto a la espera de la evolución de los acontecimientos rojiblancos. Pues eso.
