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Fondo Norte

Para la competición, crece la actividad

El regreso al Sporting del ojeador Antonio Gómez tiene que ser considerado una buena medida

La competición de Primera se ha parado, pero la actividad futbolística no sólo no se ha frenado sino que se ha relanzado. El Sporting anuncia el regreso a casa de Antonio Gómez como jefe de los ojeadores rojiblancos. Y decimos que regresa a casa porque ya estuvo en Mareo en la época de José Ramón Sandoval, aunque se fue a Qatar antes de que el ahora entrenador del Rayo Vallecano dejara de ser entrenador rojiblanco. En los ambientes futbolísticos locales siempre se tuvo en alta estima al equipo de Sandoval. Tanto su segundo, como el preparador como el ojeador, ahora de vuelta, fueron siempre elogiados por quienes conocieron las tripas de aquel Sporting que no fue capaz de dar el gran salto, que daría luego con el gran timonel al frente de la plantilla. Antonio Gómez está de vuelta, desearle éxito en su apasionante misión es lo menos que se puede hacer en la hora de la bienvenida.

En otros territorios, en los blancos y merengues, aparece la ansiada presentación del nuevo Estadio Bernabéu, vieja promesa electoral de Florentino Pérez, a quien fueron poniendo trabas o corporaciones municipales que no tenían al presidente entre sus más fervorosos admiradores o sentencias judiciales. Ahora ya ha alcanzado el acuerdo con la alcaldesa Carmena, por lo que la vía libre al nuevo estadio es una realidad. Desde Gijón el interés del asunto reside en la afirmación presidencial de que el estadio se seguirá llamando Bernabéu, pero con el apellido que corresponda; es decir, con el nombre comercial que se añadirá a la vista de qué firma ponga los dineros sobre la mesa. Con el debido respeto y salvando todas las distancias, como lo que se pretende hacer con el Anfield del Piles, antes Molinón de plata y oro. Florentino Pérez apeló a los "grandes estadios de todo el mundo" como ejemplos de coliseos con apellidos. Quizá se curaba en salud a la vista de las reacciones populares que se puedan producir con la aparición de apellidos más o menos millonarios.

En la Federación Española de Fútbol mientras una película tantas veces vista, que diría el inolvidable Víctor Menéndez. Villar, damas y caballeros, señoras y señores diputados, suspende las elecciones y destituye a su secretario general, que iba a ser su rival en la contienda electoral. El veterano presidente, que llegó para sustituir al "eterno" Pablo Porta, que estuvo en el cargo diez años frente a los veintiocho del actual, se sabe todos los trucos para regatear al Consejo Superior de Deportes, que rige el caótico Miguel Cardenal, y se siente respaldado por la FIFA, que no deja a los gobiernos inmiscuirse en los asuntos de las federaciones futbolísticas, salvo excomunión de las competiciones internacionales, riesgo que ningún país quiere correr. La FIFA actual no ha cambiado en ese sentido, y Cardenal lo sabe.

Las buenas costumbres, sin embargo, siempre presentes; si pregunto, ¿molesto?: ¿por qué Esuperio se mantiene firme en que son dignos de mención Máximo, Manolín y Jesusón? ¿Cuándo se enteró del fichaje de Antonio Gómez y cuál ha sido su reacción al enterarse de la operación anunciada anteayer?

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