A lo largo de una temporada hay partidos que apetecen más que otros. Lo mismo los que el Sporting juega en casa que los de fuera, siempre presentes gracias a los acuerdos televisivos que nos meten el fútbol en casa. Pues bien, el partido de esta tarde es de los que apetecen ver por encima de otros que han venido o están por venir. Esta tarde el Sporting tiene que demostrar si ha salido de la mala racha de resultados que lo ha mandado desde la zona de Liga de Campeones a la antesala del descenso. Es uno de esos partidos que miden el temple y carácter de un equipo ante un rival, el Valencia, que quiere salir de la crisis y que quiere hacer bueno aquello de que a entrenador nuevo, victoria segura. Por estas circunstancias y otras que quizá no sea del caso parece claro que la cita con el Anfield del Piles es ineludible.

El gran timonel hizo pública al mediodía del sábado, o sea, ayer, cuando es debido, la lista de convocados, en la que no hay mayores sorpresas. Descartados por lesiones Babin y Canella, quedan fuera Carmona, Ndi y Xavi Torres, como viene siendo casi habitual desde el inicio de la temporada, aunque el camerunés fue titular en La Coruña. Y no hay más que ver en la lista oficial de citados, de la que saldrá, según los más finos analistas del lugar, la alineación de los tres primeros partidos, los partidos de la esperanza.

El domingo siguiente al del parón por las selecciones nos descubre un Abelardo que apuesta por los resultados por encima del buen juego en lo que parece una declaración de ruptura con su pasado azulgrana/guardiolista, cuya ideología prima por delante de todo el buen juego. "Ganamos en la posesión", sentenció Xavi Hernández después de encajar un siete a cero en una eliminatoria europea ante el Bayern Múnich. La posesión por encima de la goleada, lo nunca visto en el mundo del fútbol. Si un entrenador no apuesta por la victoria por encima de todo, a ver para qué está en el banquillo del equipo, sea cual sea. Otra cosa son las concesiones temporales, tipo de aquella de Valdano cuando dijo del Real Madrid, al que entonces entrenaba, que "jugando así, está permitido perder". Jugando así quiso decir que ganaría muchos partidos, y así fue por aquel Madrid "campeonó" o "salió campeón", en giros argentinos. "Mamá, campeonamos", informó desde aquel único teléfono de El Molinón Cholo Sotil en la tarde en la que el Barcelona de Cruyff lograba su primer título de Liga después de más de dos décadas sin alcanzarlo. Aquel, damas y caballeros, señoras y señores diputados, fue un partido de leyenda, pero de leyenda de verdad.

El Sporting de hoy no "campeonará" si gana al Valencia en un Molinón que cuenta con más teléfonos que aquel solitario de color negro situado en la entrada del vestuario local.

Con teléfonos negros o blancos, las buenas costumbres han de ser mantenidas contra viento y marea; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿qué partido de los de ayer con los tres grandes fue a ver Esuperio, que está enamorado, futbolísticamente se entiende, de un futbolista de uno de ellos? Es importante conocer sus movimientos actuales. Próxima parada, Capuchinos.