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Por el buen camino

Con el dispositivo defensivo bien engrasado, la clave para que el Oviedo crezca está en el ataque

El Oviedo tiene ante el Tenerife una magnífica oportunidad de consolidar con un triunfo ante su afición la mejoría como bloque que viene apuntando en las últimas jornadas y que le ha permitido encadenar cuatro partidos sin perder. El equipo ha ganado en solidez y ha echado el cerrojo a la portería, dos aspectos claves para una categoría dura e igualada, en la que no encajar tantos resulta fundamental para encaramarse a los puestos altos de la tabla. Además, el ambiente enrarecido que se respiraba en el Carlos Tartiere al comienzo de la temporada -una herencia de la nefasta gestión por parte de la cúpula del club de la crisis derivada de la salida de Egea- ha remitido. La relación entre grada y plantilla va acercándose ya al punto óptimo. A esa comunión que sirve hasta para sumar puntos. Lo que pasó, pasó, por doloroso e incomprensible que haya sido. Recrearse en ello y no pasar página sería tirar piedras contra el propio tejado.

Con el dispositivo defensivo bien engrasado, la clave para seguir creciendo está ahora en el ataque. Y es que al Oviedo le está costando bastante, cuando no un mundo, hacer ocasiones de gol. Y ello pese a que cuenta con una de las delanteras más peligrosas de la categoría. Las carencias parecen estar en la sala de máquinas, en una medular en la que se echan en falta jugadores creativos y que sean capaces de marcar el ritmo de los partidos. Puede que Rocha, un futbolista que está yendo claramente a más tras los problemas físicos del inicio de la campaña, sea parte de la solución, pero lo que uno echa de menos en el Oviedo es un medio centro clásico, un cerebro como fue Curro en los ya afortunadamente superados tiempos del barrizal.

Con la situación económica bien encaminada, con todo lo que ello significa para un club que estuvo al borde de la muerte y que por fin está de vuelta en la LFP, no hay mayores motivos para que no impere la tranquilidad en el oviedismo a poco que los resultados acompañen. Hay que volver a disfrutar del fútbol sin angustias ni urgencias. Lograr una calma que no hay que confundir con ausencia de exigencia, pero que también se antoja clave para que el equipo se vaya sintiendo cada día mejor, tanto cuando juegue fuera como cuando lo haga en su estadio.

Visto lo visto en los últimos partidos, el Oviedo está capacitado más que de sobra para imponerse a los tinerfeños y meter la directa hacia los puestos altos de la clasificación. Sin embargo, conviene no perder de vista que cuando no se puede ganar, lo que hay que hacer es no perder. Como dejo dicho Boskov, punto ser punto. Y en segunda más. Lo que no debe volver a ocurrir es algo como lo del día del Reus. Tirar por la borda un empate por una falta absurda defendida de la peor manera posible. Diga lo que diga Hierro en público, eso no son pequeños detalles. Eso son faltas de concentración que cuestan unos puntos que podríamos echar mucho de menos al final de temporada. Seguro que el míster, defensa de talla internacional, ha tomado buena nota.

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