Con la derrota de ayer el Sporting sigue inmerso en una racha desastrosa. Quizá fuera demasiado optimismo pensar que podría torcerla ante un equipo en alza como la Real de esta temporada, pero lo que cabe preguntarse es si podrá hacerlo más tarde, porque sería absurdo decir que todo está terminado a la altura de la decimotercera jornada. Tras el deslumbramiento de los tres primeros partidos, sobre el Sporting ha caído la oscuridad. Los fichajes que tantas esperanzas habían despertado son vistos ahora con severidad crítica. Víctor Rodríguez, Moi Gómez y Burgui recibieron ayer reproches desde el graderío, que alcanzaron también a Amorebieta y a Xavi Torres. Pero lo peor es que el equipo no termina de aparecer. El Sporting actual es tremendamente vulnerable en defensa, pesa poco en el centro del campo y apenas crea ocasiones de gol. El llamado equipo de los Guajes era, en la supuesta precariedad de sus componentes, más consistente y, desde luego, más difícil de batir. Para Abelardo, que fue capaz de armar aquel conjunto, es todo un reto intentar revertir la situación actual.
