El Sporting volvió a perder, sigue inamovible en los nueve puntos y en puestos de descenso, pero las cosas se ven de forma distinta a hace una semana. El equipo del gran timonel sufrió una derrota para la esperanza rojiblanca. Los rojiblancos asustaron al Bernabéu, que pitó a un Madrid quizá menor, pero que tiene en Cristiano Ronaldo al salvador de partidos como el de ayer. Un penalti fallado por Cop en el tramo final del partido impidió que el Sporting se convirtiera en el segundo hecho histórico de la jornada.

El Sporting de Madrid, con sus errores y con sus limitaciones, es el equipo que se quiere ver: trabajador, asentado en defensa, lanzado en ataque, perdiendo los menos balones posibles en el centro del campo y con un portero, un tal Mariño, que sabe sacar y que para los balones que hay que parar, como aquel del segundo tiempo a cabezazo de Benzema.

El Sporting de Madrid, damas y caballeros, señoras y señores diputados, se asentó en el campo con dos líneas de cinco y cuatro jugadores, y Cop arriba del todo, destinadas a frenar al Real Madrid y a salir con decisión hacia el área de Keylor Navas. En los tres primeros minutos los rojiblancos dispusieron de dos ocasiones de gol; en el cuarto fueron víctimas de su primer error, un derribo de Sergio Álvarez a Lucas Vázquez que significó el penalti que transformó por poco Cristiano Ronaldo. No tardó en llegar el segundo gol blanco: un centro desde la izquierda de Nacho, un salto mal medido de Amorebieta y un cabezazo inapelable del goleador portugués, que está en crisis pero que se acostó líder de los goleadores.

Pudo parecer que el Sporting de ayer iba a repetir la actuación de la temporada pasada, pero pronto se vio que el equipo tenía empaque y que jugaba con sentido. Los dos laterales, largos que dicen ahora, Douglas e Isma López, acompañaban a las gentes de la zona media y al delantero. Carmona hizo un bello gol y colocó el partido apto para acudir a la sorpresa. La sorpresa se rozó con los dedos con el reloj camino del minuto noventa. Nacho derribó a Víctor Rodríguez y al canario Hernández no le temblaron las piernas para señalar el claro penalti. Cop lo mandó a las nubes, que descargaban una especie de diluvio sobre un Bernabéu que se revolvía inquieto por el desarrollo del juego. Segundo penalti fallado en el presente ejercicio, concesión que un modesto necesitado de puntos no puede hacer.

El Sporting de Madrid demostró que la permanencia no es ningún sueño. Demostró que las verdades del fútbol son inmutables, que lo primero, y fundamental, es asegurar la defensa; segundo, que no se llega más al área rival por colocar más delanteros. El Sporting de Madrid tuvo más oportunidades de gol que en cualquier partido de la presente Liga porque llegaban los hombres de la zona media. El Sporting de Madrid tuvo más movilidad que nunca y cerró una actuación que reabre la caja de las mejores esperanzas, que no son otras que la suma de puntos necesarios para seguir en Primera. A ver qué dice Esuperio del partido de Madrid. Próxima parada, Capuchinos.