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El Oviedo gana en las áreas

Hierro introdujo matices para el partido ante el Elche en su pizarra y el efecto sobre el juego fue evidente. El equipo, armado con dos delanteros puros, fue más directo. La idea animaba a pensar lo mínimo, a actuar por puro instinto. Una presión con dos delanteros facilita que el equipo se vaya hacia adelante. Cuando el equipo robó la pelota siempre buscó los espacios. Incluso Susaeta intentó ser más profundo que de costumbre. El planteamiento del Elche también facilitó las cosas. No es la primera vez que pasa en la temporada: al equipo de Hierro le vienen mejor los equipos que salen a exponer, a intentar hacerse con la pelota. Este Oviedo es más peligroso cuando espera al rival. Viendo los problemas del equipo en la construcción (se echa en falta un pivote con mayor peso), el 4-4-2 puede ser una buena salida. El Oviedo sigue teniendo defectos evidentes en el juego pero el nuevo sistema ayuda a esconderlos. El mercado también se presenta como opción para un necesario lavado de cara. El mejor ejemplo se llama Saúl Berjón.

Berjón, futbolista práctico

Saúl Berjón es un futbolista práctico. Sin adornos. Recibe el balón y se marca un objetivo: Tengo que encarar y centrar, piensa; y después lo ejecuta. Va del punto A al B sin entretenerse por el camino. En un momento de la temporada en el que el Oviedo se comportaba de forma atemorizada, su irrupción es un soplo de aire fresco. Los azules se mostraron más valientes y decididos, en gran parte gracias a la presencia de un nuevo elemento en su banda izquierda, y emplearon la pólvora con mayor efectividad que el contrario.

La conclusión más directa de la aparición de Berjón del sábado es que el Oviedo necesitaba un futbolista así. La planificación de la plantilla debía preverlo. Berjón facilita las cosas al Oviedo, con una labor similar a la que cumplía la temporada pasada Borja Valle. Todo lo que pasó por sus botas el sábado fue diferente. Encaró cuando tocaba, supo dar aire al equipo y centró siempre que pudo. El Tartiere le despidió con una de las mayores ovaciones de la temporada.

Las cosas de las áreas

Otro argumento a favor del 4-4-2: el Oviedo tiene dinamita. Hay pocos equipos con delanteros de tanto caché. Solo hay que repasar las declaraciones prepartido de los técnicos rivales. Los dos delanteros también presentan varios riesgos, especialmente cuando los rivales superan la primera línea de presión. Se vio en diversas ocasiones del partido del sábado. El Elche, equipo con las cosas claras, también gozó de sus opciones. Pero cuando el partido se convierte en un juego de área a área, el Oviedo tiene más opciones de triunfar.

Profesional del gol

Centró Berjón y Toché remató con el juanete, ese elemento desconocido en la figura del delantero hasta que Cervero lo ha desvelado. Desde que llegó el pasado verano, Toché es un delantero de momentos. Cuando ha estado acertado, el Oviedo ha crecido de su mano. Siempre que se le pregunta, el murciano contesta con sinceridad: él quiere hacer goles. El razonamiento es sencillo: cuantos más goles, más felicidad. Y ahí se aprovecha el equipo. Sus 3 goles en los dos últimos partidos hablan de una de esas rachas a las que agarrarse. Sus 8 dianas en la primera vuelta demuestran que, con picos altos y bajos, el murciano está en condiciones de situarse de nuevo por encima de los 15 goles a final de campaña. Su rutina como profesional del gol.

Deberes pendientes

La victoria ayuda pero no acaba con todos los problemas. El examen tendrá lugar en la siguiente salida, la de Almería en dos semanas, la cita que se encargará de demostrar si las pesadillas a domicilio son cosas del pasado o no. Pero en el Tartiere, el equipo también tiene muchas cosas por mejorar. El último cuarto de hora ante el Elche volvió a mostrar el Oviedo errático de semanas anteriores. Se entiende el temor por el tanto de Nino: cuando te expones a perder lo que ya tienes afloran todos los miedos. Una de las asignaturas pendientes es el refresco que llega desde el banquillo. Cuando Hierro introdujo cambios, casualidad o no, el equipo fue a menos. Habló el entrenador al final de que esos minutos de sufrimiento también le vendrían bien al equipo. El escenario ideal para crecer parece sin embargo un tramo final sin agobios, con un Oviedo pausado y maduro.

Un mercado complicado

Cada incorporación en el mercado de invierno supone un remiendo a lo que se ideó en el verano. Sucede en todos los equipos, pero en el caso del Oviedo los retoques en esta ocasión parecen más que necesarios. La plantilla necesita reformas. Saúl aporta frescura y Costas acabará con el déficit de centrales. La llegada de un pivote de perfil más creativo se antoja esencial.

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