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Fondo Norte

Un clavo ardiendo a primeros de febrero

Lucas Alcaraz, entrenador del Granada, dijo que su plantilla tiene un problema individual

Mientras el fútbol vivió la espera del partido copero de anoche con el divertido episodio de la cubierta de Balaídos, el Sporting masca la decepción continua en la que se ha convertido esta aciaga temporada. En las calles de la ciudad rojiblanca las buenas gentes no ven salida a la situación porque el equipo no da pie a la esperanza. Hace algunos días el entrenador del Granada, Lucas Alcaraz, desesperado por las continuas derrotas de su equipo, dijo en público que el problema era individual, en clara referencia a que los jugadores de la plantilla no tienen calidad para jugar en Primera División. El Granada se ha volcado en el mercado invernal y en la noche del lunes logró los primeros frutos del esfuerzo inversor realizado: victoria sobre la UD Las Palmas del despampanante Jesé, que falló el gol más claro del siglo. La UD tiene, por ADN, un claro problema competitivo del que se aprovecharon los andaluces, ahora empatados a puntos con el decaído Sporting.

El Leganés, la visita a Butarque, se ha convertido en el clavo ardiendo al que se agarran las esperanzas rojiblancas. Es duro, muy duro, para el amplio mundo rojiblanco que el clavo ardiendo aparezca en los primeros días de febrero, cuando los vientos destrozan las uralitas de los estadios gallegos que albergan equipos por ahora tranquilos, y alguno, como el Celta, jugándose una final copera. Quién la pillara, damas y caballeros, señoras y señores diputados.

En días como hoy, jornada siguiente a un martes de descanso tras el regenerativo lunes, es bueno sintonizar con el Canal Historia y recordar aquellas dos finales consecutivas vividas por un Sporting gallardo y calavera. La primera, perdida ante el Barcelona de Quini. La segunda, ante el Real Madrid y el frío helador del estadio Nuevo Zorrilla de Valladolid. El Sporting cayó ante los dos grandes. En la primera tuvo al Barcelona contra las cuerdas. Tras el empate de Maceda, Joaquín estrelló un gran disparo en el poste. Allí estuvo el título porque en aquellos momentos los rojiblancos se comían a los rivales. Pero el Barcelona aguantó el chaparrón y remontó. Quini marcó dos goles y los celebró porque en aquellos días no existía la tontería actual de "no celebrar por respeto". El respeto es jugar bien con el equipo que te paga. Pero en esas estamos.

Aquel Sporting era el equipo copero por excelencia. Poco antes había caído en semifinales ante el Castilla en una de las sorpresas del siglo. La final la jugó el Real Madrid contra su filial, en uno de esos espectáculos que, por inesperados, no tienen ninguna gracia.

Hoy el equipo rojiblanco no pasa de la primera ronda porque se reserva para la Liga, y así le van la Liga y la Copa. El inolvidable Arturo Arias sentenció con su gracia inigualable: "La Liga me aprieta y la Copa se me sube a la cabeza". Pues eso.

Las buenas costumbres, siempre; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿Sabe Esuperio qué cambios tiene preparados Rubi para el partido del domingo en Leganés? ¿Sabe si van a producirse debuts o si los guarda para mejor ocasión, si es que la va a haber? Próxima parada, por orden superior, Capuchinos.

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