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Fondo Norte

La cuestión reside en saber competir

Alguien debería informar al entrenador recién llegado Rubi de dónde se ha metido

El padre Fernando Fueyo, por fin, habló y dijo, como siempre, cosas sensatas. Al sacerdote le han prohibido entrar en el vestuario del Sporting para rezar un padrenuestro antes de los partidos con el fin de mantener la concentración de los futbolistas que, por sus obras los conoceréis, no parecen llevar la concentración a buen puerto: un punto de nueve posibles desde el cambio de entrenador. A Rubi se ve que nadie le ha contado lo que le dijo el gran Adeflor a su sucesor, el gran Francisco Carantoña, cuando éste llegó a Gijón. Convendría que alguien del Sporting informara al nuevo entrenador de dónde se ha metido, pero no parece que en la sociedad anónima deportiva haya nadie con información suficiente para marcar el camino al técnico recién llegado. Rubi seguro que sabe aquello de que el entrenador que sólo sabe de fútbol no sabe de nada.

El veto al padre Fueyo ha llegado acompañado del veto a los doctores Maestro, Revuelta y alguno más en acto de servicio. Otra cuestión que provoca sorpresa por los médicos, que se sepa nunca han sido un estorbo para las labores del entrenador previas a los partidos. Este afán de encerrar a los futbolistas es, cuando menos, una sorpresa. Los doctores seguro que han servido de alivio en muchos prepartidos cuando muchos jugadores se ven afectados por la tensión y declaran dolores en los sitios de su cuerpo más inverosímiles. Pero, en fin, en nombre de la concentración, se dan pasos equivocados.

Aquí, damas y caballeros, señoras y señores diputados, la cuestión es que el actual Sporting vuelva a competir de verdad en Primera División. Porque el Sporting de ahora lleva meses sin demostrar capacidad de competición, algo clave que tuvo en tiempos no tan lejanos. Competir no es encajar gol en la primera llegada a la portería rojiblanca de los contrarios y mostrarse incapaz de dar la vuelta al marcador. Competir es poner en apuros a los rivales y no ser un equipo cuesta abajo en la rodada. Competir es defender y atacar con solvencia, muy lejos de lo que se está viendo en los últimos meses.

La prueba de Butarque es la definitiva. Butarque, santo cielo. Butarque va a ser la gran prueba, y no precisamente la que pasaron Gary Cooper y su familia en la ya mítica película. La gran prueba de la capacidad competidora de este Sporting que aún está a tiempo del desaguisado que ha ido montando a lo largo de los meses de Liga.

Mientras esto se vive en el amplio mundo rojiblanco, el Barcelona vive ya su ración de madriditis aguda reclamando el Santiago Bernabeu como sede de la final de la Copa del Rey. La película de todos los años con colaboración especial del vicepresidente de la Federación Española de Fútbol, Joan Gaspart. El Alavés reclama San Mamés y en Bilbao han mirado al cielo y silbado porque tres días después de la final se celebra un concierto en el estadio.

Siempre buenas costumbres; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio si el embajador Quini tiene prohibida la entrada en el vestuario antes de los partidos para salvaguardar la concentración? Próxima parada, por orden superior, Capuchinos.

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