Ya llueve menos: Traoré se entrenó ayer con normalidad por lo que cuentan viajeros llegados a la ciudad procedentes de Mareo. Con la casi segura presencia del marfileño en la concentración del fin de semana del caporal rojiblanco, éste no verá reducida su opción de ariete a Carlos Castro, que lo mismo sale a jugar con guantes a finales de marzo en el Anfield del Piles. Lleno absoluto, anuncia el club, que ha vuelto a la sana costumbre de la entrada para acompañante con la que se premia al abonado, el verdadero sufridor cada quince días, y al acompañante que puede disfrutar o sufrir según vengan dadas en cada partido.
En los tiempos que corren no queda más que aguantar lo que llegue, sea de donde sea. Al mediodía de ayer un conocido malvado, y no precisamente escondido en las masas madrileñas, que ése es otro, llama al periódico para anunciar que después de treinta años sin hacer una quiniela va a cubrir una esta semana para poner un "dos" en el partido Sporting-Granada. Cada uno hace con su dinero lo que quiere. Y no lo hace por molestar al amplio mundo rojiblanco del que forma parte destacada, sino por convencimiento de que este Sporting no va a poder con el Granada y que está condenado al descenso a los infiernos.
Las semanas europeas, por lo demás, ofrecen sensaciones varias. Tras la gesta azulgrana, la caída del City de Pep Guardiola ocupa la segunda plaza de las grandes novedades. La zurra que le están dando en las redes sociales al entrenador de Santpedor demuestra que un amplio sector futbolístico le tiene unas ganas tremendas. El Mónaco, el Monaco sin acento que diría el francés Pierre Sinibaldi, exentrenador del Sporting en el año del descenso previo al gran crecimiento, un equipo de chavales descarados y sin complejos mandó al millonario City a casa después de un festival goleador quizá nunca visto en la Liga de Campeones.
Y en éstas estaban unos y otros cuando la realidad lleva a Guardiola a la misma habitación que a Jorge Meré, el joven central rojiblanco. Pep y Jorge, Jorge y Pep, apelan a la fortuna para explicar la eliminación y la mala situación rojiblanca. El entrenador apela a la mala suerte, damas y caballeros, y el jugador apela a que en esta temporada el Sporting no está teniendo la misma buena suerte de temporadas anteriores. Meré seguro que no quiere decir que ascenso y permanencia milagrosas hayan sido cuestiones de la buena suerte, de la flor del gran timonel. Ha habido algo más en la caída del City y en el ascenso y posterior caída del Sporting, damas y caballeros, señoras y señores diputados. La buena o mala suerte tienen influencia en momentos muy concretos, pero no hay temporada que se pueda basar en ellas, para lo bueno ni para lo malo. El partido ante el Granada va a depender de cuestiones futbolísticas en las que se espera que el Sporting sea mejor. Por lo demás, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio el número exacto de fichajes realizados para la primera y segunda plantilla del Sporting en los dos últimos años, recordando que en la pasada tuvo cerrado el mercado por deudas?
Próxima parada, Capuchinos.
