Pasado el trago del Granada, con siete minutos para la historia rojiblanca, la sucesión de grandes citas ha llegado a la hora de la verdad, la hora de las diez últimas jornadas, las que deciden todo, en palabras del tantas veces recordado Luis Aragonés. Tras el parón de selecciones, que en lo referido a la española tiene como sede inicial Gijón para seguir luego en París, que no es mal sitio precisamente para exhibir el potencial que se le supone al equipo de Lopetegui, el Sporting afronta el tramo decisivo en el que se le reclaman entre cinco y seis victorias. Seis victorias en diez partidos, algo que no se ha visto en el resto de la temporada. Pero ésas son las cuentas que echan los más finos analistas del lugar. Uno marcaba ayer el objetivo en cuatro victorias en el Anfield del Piles y dos en los desplazamientos a Pamplona y Eibar. Y eso en el día en el que la Liga ha anunciado los horarios de dos nuevas jornadas: el Sporting recibirá al Real Madrid el sábado 15 de abril, a las cuatro y cuarto de la tarde, y jugará en El Sadar al sábado siguiente, 22 de abril, a las seis y media de la tarde. Cinco partidos en un mes no es cantidad que deba asustar; lo que asusta son los rivales: Sevilla, Málaga, Real Sociedad, Real Madrid y Osasuna.
Son la mitad de los partidos que quedan para llegar al final de la Liga, donde se espera tener los deberes hechos. Unos deberes que exigen un juego mejor que el mostrado a ratos frente al Granada, partido en el que, de nuevo, el hijo de Burguillos del Cerro, provincia de Badajoz, fue de muy largo el mejor del Sporting. Como a Burgui le llegue una gripe a ver quién es capaz de coger su relevo. El ataque del equipo ahora mismo está en los pies y en la cabeza del cedido por el Real Madrid. Hoy es martes, aunque esto siga sin Bélgica, damas y caballeros, señoras y señores diputados, y seguimos sin saber quién es el lanzador de los pocos penaltis que le señalan a favor al Sporting. Ya a comienzos de temporada se vivió una escena semejante a la del domingo pasado cuando Isma López se empeñó en lanzar. Y falló. El domingo fue Traoré, y falló. En ambos casos el Sporting ganó el partido. Después de muchas vueltas parece que la elección recayó en Cop, que falló en el Bernabeu un lanzamiento que bien pudo haber valido un punto, de oro a estas alturas, pero sin el croata en el campo tal parece que el encargo es cosa de quien agarra primero el balón. Son detalles a cuidar.
La realidad es la que es y las necesidades de puntos son claras para un Sporting que ha vuelto a creer en que la salvación es aún posible. Cinco puntos de desventaja con treinta por jugar no es frontera a la que se le haya colocado un muro como el que separa México de Estados Unidos. Ha llegado la primavera y han llegado las cuentas que enseñen el camino de la permanencia, objetivo en el ya lejano agosto y objetivo ahora mismo y en las diez semanas siguientes.
En trances como el actual, las buenas costumbres han de ser mantenidas; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio si el contrato de cesión de Burgui firmado con el Real Madrid incluye cláusula del miedo? Próxima parada, Capuchinos.
