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Fondo Norte

Cuando los pronósticos son imposibles

Gijón alcanza un notable protagonismo en el parón de selecciones; se espera que sólo sea futbolístico

El parón de selecciones, en el que Gijón tiene un relieve especial, y esperemos que el relieve se deba sólo al asunto futbolístico, está sirviendo para que todos los equipos estén echando cuentas de lo que les viene encima desde el primer fin de semana de abril hasta el final de temporada. Los equipos que afectan al amplio mundo rojiblanco son, a ver, el Sporting en primer lugar y los que están más o menos pegados a él, como Granada, Leganés, Deportivo de La Coruña y Málaga. Los treinta puntos que quedan por disputar van a ser causa de vida para algunos y de muerte para otros. Las diez últimas jornadas de las que tanto hablaba el siempre recordado Luis Aragonés ya están ahí.

También echan sus cuentas los aspirantes a los títulos. El de Liga, cosa de dos porque el Sevilla se desinfla después de su excelente marcha en tres competiciones y los coperos. El de la Copa del Rey, cosa de Barcelona y Alavés, con pronóstico claro y seguridad de que, de nuevo, será la disculpa perfecta para insultar al Jefe del Estado y al propio Estado en una dejadez preocupante de las autoridades políticas y deportivas. El título continental es otra historia porque no hay pronóstico posible cuando quedan por disputarse cuartos de final, semifinales, amén de la propia final. El que se atreva a dar un pronóstico es un valiente.

Lo que parece claro es que la victoria sobre el Granada ha reavivado la esperanza rojiblanca, apagada tras la derrota ante el Deportivo de La Coruña, que parece haber caído en el tradicional despiste tras derrota en un derbi. Que si Aspas se tocó el escudo, que si se quedó mirando a los ultras, que parecían volverse locos cerca de él, y cuestiones de menor cuantía. Los tres puntos que los blanquiazules de Riazor se llevaron del Anfield del Piles y el que se llevaron los celestes de Balaídos van a tener un papel fundamental en la historia de la permanencia rojiblanca. Con los dos partidos ganados a estas alturas el Sporting estaría fuera del descenso. Son cuentas inútiles, pero cuentas.

Tiene razón, damas y caballeros, señoras y señores diputados, el caporal rojiblanco cuando afirma que los entrenamientos del parón con victoria previa son diferentes a otros que se celebrarían tras una derrota. Tiene razón como que sabe que los tres días de descanso que va a disfrutar la plantilla el próximo fin de semana son vistos con naturalidad. Otra cosa sería si el descanso llegaba después de una decepción ante el equipo de Lucas Alcaraz, que analizó la derrota con serenidad, naturalidad y profesionalidad. Cuando un equipo recibe tres goles en siete minutos es que ha hecho mal algo. Son muchos goles y pocos minutos para cerrar un período que entra en el libro de los mejores recuerdos rojiblancos.

Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿recuerda Esuperio temporada en la que el Sporting haya salido tan tocado por asuntos extradeportivos: el "caso Williams", los exabruptos de Cuéllar y Abelardo en la sala de prensa, el frustrado pago a Hacienda con una obra de arte, la bronca de Traoré con su novia y la petición del fiscal para Xavi Torres? Demasiadas historias. Próxima parada, Capuchinos.

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