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Alberto Menéndez

Lo que implica un manotazo

El Oviedo se quedó a medias. Tuvo la victoria a su alcance, pero también pudo haber perdido los tres puntos. Fue un partido atípico, tenso. Y como suele pasar en encuentros tan igualados como el de anoche, un detalle, un manotazo en este caso, acaba decidiendo el destino de un equipo. En el enfrentamiento entre los azules y el Huesca la expulsión de Christian Fernández fue determinante. Hasta ese momento a los oviedistas se les veía confiados. No controlaban totalmente el juego, pero sí parecían seguros de sus posibilidades. Y, además, con el marcador a favor.

Pero el cachete, la mano dejada atrás con más o menos intención por Christian (lo que supuso su eliminación del juego por roja directa), dejó tocados a los discípulos de Hierro. Fue como un golpe a su moral y los oviedistas comenzaron a dudar y los oscenses a creérselo. Una jugada sin importancia en el centro del campo resultó así fundamental para el discurrir del partido. El árbitro pudo haberla dejado pasar sin tomar la drástica decisión que tomó. Pero estaba muy cerca y no lo hizo, y el Oviedo se quedó con diez.

Los carbayones se descentraron con la expulsión, aunque en ningún momento bajaron la guardia, eso es cierto. Pero es que, además, y a diferencia de la mayoría de los últimos encuentros en casa, el portero Juan Carlos falló en el gol del Huesca. Ya antes del tanto se le veía inquieto, desasosegado, pero su salida al lanzamiento de la falta que acabó con el balón dentro de la portería no dejó lugar a dudas de que el de ayer no era su día.

Como no lo era tampoco el de uno de los jugadores más regulares del Oviedo en lo que va de campeonato, el delantero centro Toché. En sus botas tuvo la victoria a falta de diez minutos para el final del encuentro, pero erró el penalti bastante claro que la defensa oscense había cometido sobre Diegui; bueno, lo paró el cancerbero aragonés.

Detalles que desequilibran un partido, pero que no hacen peor o mejor a un jugador. El análisis se debe hacer al final de la temporada. Y para eso queda aún la parte fundamental, la decisiva. El Oviedo está ahí, en la zona alta de la clasificación y depende sólo de él para entrar en la disputa por los puestos que dan opción a luchar por el ascenso. Eso sí, en lo que resta de Liga es fundamental que los carbayones ofrezcan su mejor versión. Si lo logran el próximo fin de semana en Valencia, contra el poderoso Levante, habrán dado un paso adelante muy pero que muy importante.

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