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No quieren subir

Sólo la afición mantuvo vivo el sueño del ascenso

En ese mundo de espectador futbolístico suenan bien los tertulianos encorbatados aunque yo creo más a la gente de los bares porque todos saben lo mismo (incluido yo, por supuesto) o sea poco, pero se dice sin rodeos.

Reflexionaba yo sobre goleadas al Oviedo fuera de casa y me iluminó la realidad de bar: No quieren subir ni los jugadores, ni el entrenador, ni el club. Sólo la afición quiere ascender.

Los primeros porque son una colección de futbolistas mediocres (muchos ya con 30 o más años) donde la calidad brilla por su ausencia y un ascenso les supondría un cambio de equipo (si lo encuentran) ya que no dan la medida para Primera División. ¿Un ejemplo? Erice, al que no se le conoce un pase en profundidad que haya llegado a las botas de un compañero. Pero no es el único ni mucho menos.

El club, porque espera a que se termine de pagar la deuda para afrontar las inversiones millonarias que supondría la categoría. Ahora toma sentido aquel plan a cinco años para ascender que Fernando Hierro anunció a principio de temporada y que dejó a los oviedistas descolocados.

El entrenador, sencillamente, porque llegó como becario (sin ninguna experiencia dirigiendo equipos en categoría profesional) y al final de temporada sigue siendo becario y se ha permitido el lujo de descubrirnos ahora que al equipo le falta carácter cuando goleadas como la de Córdoba las ha recibido el Oviedo durante todo el año lejos del Tartiere.

Así que en este batiburrillo, sólo los oviedistas han sido capaces de mantener vivo el sueño que un año más termina en pesadilla. Y Esteban en el banquillo.

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