Eran las trece horas y cinco minutos de un lunes de finales de primavera, con temperaturas de verano, cuando Paco Herrera hizo su entrada en la sala de prensa de El Molinón para vivir su presentación como nuevo entrenador del Sporting. Acompañado por Javier Fernández, presidente rojiblanco, y Miguel Torrecilla, director deportivo, que no general. La primera música de Herrera, habrá que decirlo pronto, suena bien, distinguido público. Su recuerdo a su etapa como jugador, su resistencia a valorar a los chavales del filial a los que vio en Beasain "porque el balón saltaba como un conejo", en su propia definición por el mal estado del campo, y su sinceridad cuando desveló lo que necesita la plantilla del Sporting: dos centrales, dos medios "con fútbol", un hombre de banda de verdad, rápido y eficaz, y un delantero con gol. Seis fichajes que deja en manos de Torrecilla, sentado a su derecha mientras la izquierda quedaba reservada para el presidente Fernández.
La música de Herrera suena bien porque con los años de pescante que tiene no lo van a pillar en ninguna. Puso a la afición rojiblanca a la altura de la del Liverpool, en un claro giro destinado a recordar sus años en el club inglés y elogiar a los aficionados que a partir de ahora serán los suyos. Herrera dio un baño de cortesía a la afición rojiblanca, tan grande baño que se remontó a sus años de jugador. Él sabe que aquella afición tenía un espíritu crítico inexistente hoy porque los tiempos han cambiado y aquellas exigencias han desaparecido.
Sonó bien lo que se preguntó en relación a qué equipo no necesita un hombre-gol, como Quini allí presente. Todos los equipos, en efecto, necesitan un hombre-gol, si se exceptúan quizá los más grandes que cuentan con un amplio surtido de goleadores. "Ganar y jugar bien", pidió. No es mala fórmula la de este entrenador de largo aliento que ha devuelto la esperanza al amplio mundo rojiblanco. Una esperanza que habrá de pasar por las altas y bajas que se realicen a lo largo de este verano y que, con habilidad, deja en manos del castellano leal, el inspirador del fichaje del exentrenador de un Valladolid que se quedó a la puerta del play-off que resolverán en esta semana el Getafe de Bordalás y el Tenerife de Martí. Hoy es martes, aunque esto siga sin ser Bélgica, un día como otro cualquiera para que la anunciada reunión entre Torrecilla y Herrera se celebre y comiencen a avanzar en la crucial elaboración de la plantilla del regreso a Primera.
Si pregunto, ¿molesto?: ¿qué opina Esuperio del bochorno que provocan Tebas y Rubiales con sus ataques dominicales en las redes sociales? Próxima parada, Capuchinos.
