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Fondo Norte

Lágrimas en la mañana de Morata

Mourinho ficha a Lukaku y parece descartar al delantero madridista y complicar los planes blancos de ingresar ochenta millones de euros

Nueva mañana de lágrimas, ¿o fueron lagrimones?, en la sala de prensa de El Molinón que, al paso que va, sufrirá graves problemas de humedades a lo largo de los meses venideros. En la misma mañana de lágrimas, sorpresón en el Manchester United, que anunció por sorpresa el fichaje de Lukaku, lo que puede influir, sin duda, en el futuro de Álvaro Morata, que ya se veía en el equipo inglés y que ahora a ver qué dice Mourinho y de las Alas Pumariño.

En El Molinón las lágrimas de Nacho Cases han sido seguidas por las de Iván Cuéllar, que quiere seguir en lo más alto y por eso se va al Leganés. Toma del frasco. El Sporting respira porque quería quitarse de encima al portero que no dio un punto en los últimos tiempos y que provocaba muchos problemas internos que no salen a la luz por el ansia del club de mantener todo entre tinieblas y oscuridad. Se va el portero, pero se queda su socio, otro que tal baila y que, sin duda, buscará con rapidez a otro colega para seguir inyectando veneno en las paredes del vestuario.

De regreso al fichaje del Manchester United todos los finos analistas lo consideran una bofetada de Mourinho al Real Madrid y a Álvaro, trasero, por lo demás, de mal asiento porque no puede estar cada verano entonando la canción del adiós. La aparición de Lukaku es toda una bofetada a los intereses blancos, que ya daban por hecho el ingreso de ochenta millones de euros en las repletas arcas de Concha Espina, si es que no ha cambiado de nombre la calle de las oficinas madridistas, que a saber en qué lado han colocado los mandatarios madrileños a la ilustre escritora.

El Madrid tenía prisa por cerrar la salida de Morata para ver si va de una vez o no por Mbappé, cotizado al alza en Francia, donde hay clubes con mucho dinero. Las cuentas parecían claras: los millones de Morata y James Rodríguez para el fenómeno del Mónaco, sin acento en el curioso castellano de Pierre Sinibaldi, entrenador del Sporting en aquel increíble descenso. No hará falta recordar que la delantera rojiblanca estaba formada por Churruca, Quini y Ferrero, con Ciriaco y Tati Valdés en los interiores, en los carriles del ocho y del diez, que dicen ahora.

Por lo demás, en el Sporting de hoy se habla más de salidas que de entradas porque parece claro que el club no confía en muchos jugadores de la pasada temporada, de infausto recuerdo, con final en un descenso que parecía imposible a la vista de lo barata que estuvo la permanencia. A ver cómo se pone el ascenso en la próxima temporada.

Si pregunto, ¿molesto?: ¿ya tiene claro Esuperio en qué equipo va a jugar la próxima campaña Jorge Meré? Próxima parada, Capuchinos.

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