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Fondo Norte

Las incógnitas de la "era Paco Herrera"

El nuevo entrenador rojiblanco tiene una amplia tarea en la pretemporada que se inicia mañana

El calendario dicta que mañana comienza en el Sporting la "era Paco Herrera", el entrenador en el que la sociedad anónima deportiva, antes club, ha puesto la responsabilidad de devolver el equipo a Primera División, que tiene que ser el solar que ocupe con asiduidad el mundo rojiblanco. No olvidamos, que diría el inolvidable Rovi, que el Sporting es un club modesto, y más después de los desastres financieros de los últimos tiempos, que lo han mandado al pozo de la deuda. Pero el Sporting merece su lugar en Primera y a ello se tendrá que dedicar el nuevo entrenador, recibido con esperanza por los más finos analistas del lugar y por la masa social. Herrera llega desde la historia, pues fue jugador del Sporting en los contradictorios años setenta del pasado siglo. Han pasado los años, las décadas más bien, pero el Sporting, entre avatares diversos, sigue en su sitio, a la espera de que uno de sus exjugadores triunfe.

La "era Paco Herrera" está, sin embargo, distinguido público, llena de incógnitas. Las primeras se refieren a la formación de la plantilla de la que saldrá cada fin de semana el equipo que ha de sumar los puntos necesarios para el ascenso. La dirección deportiva, en manos del castellano leal y de sus ayudantes, y el entrenador son modelos de discreción en la búsqueda de jugadores que aporten vigor a un equipo que apenas lo ha tenido en la pasada temporada. Y así le fue. Herrera tiene una larga trayectoria en los banquillos, en la que ha mostrado un profundo conocimiento de la categoría en la que va a jugar el Sporting, una categoría, distinguido público, en la que va a tener dura competencia.

En esa categoría no va a estar el Girona, ascendido a Primera, adonde ha ido a parar el central Bernardo, que se fue del Sporting en busca de tierras más productivas y que aparece en un recién ascendido. Con la máxima prudencia y el debido respeto, habría que saber cuánto más rico es ahora Bernardo que si hubiera firmado un buen contrato con el Sporting. Luis Hernández duró seis meses en la Premier; Bernardo, un año, y Jony vio el cielo abierto con la llegada al Málaga de Míchel, que lo está recuperando después del ostracismo al que lo tuvo sometido Juande Ramos. Tres pérdidas sonoras de un Sporting que vio cómo tres de los suyos no se han ido precisamente al Manchester United de Mourinho y de las Alas Pumariño. Y dos han vuelto más pronto que tarde.

Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿cuánto tiempo se da Esuperio para ver resueltos los casos de tantos jugadores del Sporting a los que ni el consejo, ni la dirección deportiva ni el cuerpo técnico quieren ver en el vestuario rojiblanco? Próxima parada, Capuchinos.

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