En un día puramente norteño que los protagonistas no extrañaron porque todos conocen de sobra cómo se mueven las nubes en estos pagos, el Sporting inició su camino de regreso. No es mal eslogan para el ejercicio futbolístico que empiezan a vivir Paco Herrera y los suyos, de naranja para abrir boca por aquello de que el mercado de camisetas exige continuas novedades. Las rojas del año pasado ya no sirven, ahora tienen que ser naranjas. Y que la señora abuela prepare los euros para adquirir las novedades en las tiendas oficiales, aún sin secciones outlet.
El Sporting sale a escena sin Amorebieta, que apura sus horas para salir como un tiro hacia Argentina, donde jugará en el Independiente. El vuelo contrario a tantos otros de argentinos que salieron de aquel país para incorporarse al fútbol español. Amorebieta, que se ha convertido en uno de los jugadores más fugaces de la historia rojiblanca, llegó hace un año convertido en la estrella de los trece fichajes veraniegos. La estrella se ha convirtió pronto en fugaz porque el venezolano no cumplió con las expectativas. Sólo anduvo sobrado de tarjetas, pues se convirtió en el futbolista más amonestado de la Liga. Ahora deja el Sporting y libera masa salarial. Dicen los enterados que firmó un contrato de un millón trescientos mil euros por año al que pronto exigió subirse Cuéllar. Total, dos millones seiscientos mil euros, más impuestos. En Segunda la cosa baja a la mitad, pero seguía siendo asunto muy caro. El Sporting libra masa salarial para los seis que han de venir.
Porque Paco Herrera lo dijo claro en su presentación: dos centrales, dos medios centros que sepan mover la bola, un jugador de banda izquierda y un delantero con gol. A saber si el inicio de la lista de bajas exige un cambio en los planes, o sea, más fichajes, pero los seis que faltan son más de medio equipo. Son, distinguido público, la sala de máquinas del Sporting del regreso. Los demás, como diría Picabea, meros acompañantes.
De los seis que faltan, ni uno solo estuvo de naranja en la mañana de ayer en un Mareo lluvioso y húmedo. Un Mareo para marcar carácter, ese carácter que tan necesario va a ser en el Sporting que viene. Y si viene, tutti contenti, Rerum Novarum.
Hoy es martes, aunque esto siga sin ser Bélgica, pero ayer fue lunes de presentación con escaso, por ni decir nulo, movimiento de tropas. La cantinela de que tal club prepara una oferta por fulanito es una de las pruebas de que los agentes sueñan despiertos.
Si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio la fórmula a aplicar para vender al pueblo fiel que se cobró dinero por la marcha de Amorebieta al Independiente de Avellaneda? Próxima parada, Capuchinos.
