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Fondo Norte

La revolución numantina de Herrera acaba mal

El mal partido del Sporting en Soria termina con la absurda expulsión de un inoperante Carlos Castro

Paco Herrera, el esperanzador entrenador que se ha traído el castellano leal para enderezar la marcha de un Sporting descendido, organizó una revolución en el equipo inicial de Soria por aquello de que el martes hay partido de Copa del Rey, ante el Numancia, precisamente, y por aquello de la gestión del vestuario. Los cambios abundantes fueron, lisa y llanamente, un rotundo fracaso porque el equipo soriano pintó la cara a un equipo que apenas se pareció al sólido conjunto de los inicios ligueros. A la media hora el Sporting perdía por dos a cero y sólo un tirazo de Santos al larguero había amenazado a un Numancia crecido, confiado y sabio en el otro fútbol, el de las caídas en cada choque. La única que no pareció truco fue la del final cuando Ripa y Santos chocaron cabeza con cabeza en una sana disputa de un balón alto.

En los minutos finales, alargados por el choque citado, un inoperante Carlos Castro provocó una absurda expulsión por una entrada sin sentido sobre Diamanka, que protagonizaba un rondo con varios compañeros. El rondo se traga, sobre todo cuando el equipo va por debajo en el marcador, como era el triste caso.

No sale reforzado el Sporting de Los Pajaritos, y menos que nadie el portero Whalley, vendido en los dos goles de Pablo Valcarce, que en el primero le hizo un traje al siempre seguro Barba, pero no en el de Escassi, el segundo, fruto de un flojo desvío. De cuatro goles encajados en los dos últimos partidos, dos han llegado de flojas dejadas de los porteros rojiblancos. La portería comienza a ser un problema. Como lo está siendo el centro del campo, donde el equipo necesita un buen operador logístico, capaz de llevar balones al ataque y evitar el pelotazo desde atrás, que casi nunca da resultado. En la noche numantina que terminó siendo toledana, sólo un balón largo propició un saque de esquina peleado por Santos, el que menos se arrugó de un equipo sin chispa, sin chicha y sin limoná.

Queda tanta Liga que el repaso del Numancia quizá se olvide pronto porque aparezcan mejores resultados continuados, pero parece claro que aquel Sporting sólido de los primeros días ha desaparecido en el segundo tiempo del derbi y en el partido de Soria, donde unos centenares de fieles despidieron con una ovación a los vencidos. Con el sano apoyo popular todo es posible, empezando por pasado mañana en la eliminatoria copera. Habrá que ver qué equipo escoge Paco Herrera y qué ponen sobre el tapete los elegidos.

Siempre, las buenas costumbres; si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio si el Sporting ha tenido algún papel en la inauguración del Wanda Metropolitano? Próxima parada, Capuchinos.

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