Resuelta la continuidad de Gerard Piqué en la selección española, ya sólo queda que el mayor Trapero, natural de Valladolid, se apunte a un cursillo de investigadores privados en Montana. Resuelta la continuidad de Gerard Piqué, el niño en el bautizo y la novia en la boda, hay asuntos que pueden parecer menores, pero que no lo son. Por ejemplo, la situación del Sporting, que no sabe cómo usar la manta corta que es el fútbol, en afortunada frase de los argentinos. Si te tapas la cara, descubres las piernas, y si te cubres las piernas, destapas la cara. En esas está, distinguido público, el astuto Paco Herrera, que duda de si volver a los primeros partidos y echar al equipo atrás, en las cercanías de Mariño, o abrirse y dejar los huecos que dejó en Pamplona, donde se han crecido después de la clara victoria del fin de semana pasado.
Sin llegar a ser estoicos, no perdamos la serenidad, que diría el inolvidable Rovi. La serenidad no ha de perderse porque queda casi toda la Liga y porque Paco Herrera confiesa que siempre encuentra el camino. No se sabe si Herrera es de los entrenadores que parcelaban el calendario: tantos puntos en estos cuatro partidos, tanto en los tres siguientes y tantos en los dos que vienen. Si parcela el calendario, Herrera ya habrá echado las cuentas de los tres partidos con los que se va a encontrar el Sporting: Sevilla Atlético, colista, en el Anfield del Piles; visita a la Cultural Leonesa, y vuelta a El Molinón para recibir nada menos que al Huesca de Rubi, que no podrá impedir el paso al vestuario local del padre Fernando Fueyo, la decisión más sonora de su estancia en Gijón, donde no dio una al derechas. Pero se ve que su agente sabe moverse en el mundo del fútbol español.
Nueve puntos que puede sumar este Sporting con el máximo respeto para los tres rivales que se le vienen encima en seis días. Nueve puntos consecutivos lanzan a cualquier equipo y lo sitúan en lo mejor de la tabla. Esos nueve puntos son objetivo irrenunciable para un Sporting al que le han entrado dudas cuando tiene que tener las cosas muy claras. A primeros de octubre nada está resuelto, faltaría más. Herrera sabe encontrar el camino que, con el máximo respeto y toda la prudencia del mundo, pasa por poblar el centro del campo. Y Nacho Méndez jugando en Lezama.
Todo resuelto en la crisis de Piqué, que se va a unir a Sergio Ramos en un negocio cuyo nombre y actividad se desconocen. Los dos van sobrados de ingresos, por lo que tienen mucho campo para las nuevas inversiones.
Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿tiene claro Esuperio qué entrenadores baraja el Albacete para enderezar la marcha del equipo manchego? Próxima parada, Capuchinos.
