Resuelto el partido ante Albania, que deja a España en situación muy diferente a la de la Argentina de Messi, sólo queda celebrar la tradicional discreción de Andrés Iniesta, que ha sacado un contrato de por vida, el que se merece, con el Barcelona despistado de Bartomeu. Al final resulta que mientras Gerard Piqué daba clases de alta política a medio mundo, el albaceteño resolvía su futuro. Un futuro, dicho sea de paso, que no ha resuelto aún Messi. Fuentes por lo general solventes aseguran que el astro argentino no quiere firmar la renovación de su contrato hasta ver qué pasa con la situación política catalana, no sea que tenga que jugar contra el Mollerusa. Messi, como es lógico, quiere militar en una competición de primer nivel.
Pero todo lo anterior pueden ser asuntos menudos ante el partido que a primera hora de esta tarde va a jugar el Sporting ante el Sevilla Atlético de Emilio de Dios, puntal en el cuadro técnico andaluz. No vive sus mejores días el filial sevillista, porque ya se sabe que los filiales tardan en arrancar por los cambios que sufren cada verano. El partido es clave para el Sporting, aunque a primeros de octubre pueda ser exagerado calificar un partido como decisivo. Pero el Sporting necesita calmar las aguas, revueltas por la evolución del juego y los resultados de los rojiblancos de Paco Herrera.
Los portavoces rojiblancos de la semana han prometido cierre de filas con el entrenador, como si alguien hubiera puesto en duda su trabajo, cambio de actitud y ambición en cada partido para enderezar el rumbo. No están mal las promesas escuchadas. Pero lo importante es lo que se vea esta tarde en el Anfield del Piles, el martes en León y el viernes, ante el Huesca, de nuevo en casa. Nueve puntos que pueden saber a gloria bendita si se suman o que pueden amargar el camino si no se alcanzan con buena imagen en el juego defensivo y ofensivo. Por cierto, distinguido público, las promesas, ya casi realidades, siguen en el filial, quizá porque se considere que no hacen falta en la primera plantilla. Tres partidos en seis días van a exigir cambios.
Entre tanto aparecen otros asuntos para divertir a la parroquia futbolera. Por ejemplo, la nueva lesión de Bale, que no se aclara si la sufrió con el Real Madrid o con la selección de Gales. El club le pasa los dolores del futbolista al equipo galés, mientras que éste dice que Bale no ha llegado a entrenarse con ellos porque ya llegó con el sóleo dañado. La sucesión de lesiones del galés bate todos los récords habidos y por haber.
Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio quiénes ocuparán asientos en el partido de esta tarde en el palco de El Molinón o se enterará cuando los vea entrar en la zona? Próxima parada, Capuchinos.
