Despachado el viaje a Vallecas con éxito diverso, el Sporting va a afrontar ahora una fase de doce puntos, nueve de los cuales tiene en su campo, el Anfield del Piles, que sabe mantener como ningún otro la ilusión en esta complicada campaña del regreso. Las cuentas son tremendas porque desvelan una igualdad extrema en la Segunda española, igualdad que los verdaderos aspirantes han de ir rompiendo poco a poco porque romperla de golpe es imposible.
Quedamos en que vienen cuatro partido de muchos quilates: el Almería, el sábado próximo a la bonita hora de las veinte, noche cerrada ya. Luego, viaje a Reus, donde ha tomado el poder López-Garai, aquel mediocampista que sacaron del vestuario rojiblanco los que entonces mandaban en él. Y se cierra el bloque de los doce puntos recibiendo en El Molinón a Valladolid y Cádiz, en horarios que no ha decidido aún el doctor Tebas, que no el doctor Toba. Hay horarios y horarios, y habrá que reconocer que los partidos de Segunda no mueven multitudes en China, por lo que no parece que tengan sentido los inicios de partidos a horas intempestivas. Las veinte horas, que son clásicas, son muy buenas para acudir al campo y salir con la felicidad completa para la fiebre del sábado noche.
Resulta que ayer, distinguido público, fue martes, aunque esto sigue sin ser Bélgica, ni falta que hace. El mejor equipo de marketing del mundo, el de Iker Casillas (del segundo mejor hablaremos la semana que viene, como hacían Tip y Coll del Gobierno), se ha puesto a producir y no se sabe dónde acabará el entrenador del Oporto, Sergio Conceição, por haber tenido la osadía de mandar al banquillo al portero. Al parecer, se entrena con desgana y sólo vive para el móvil. Lo mismo que le pasó con Mourinho en el Real Madrid. El marketing de Casillas es el mejor del mundo y lo iremos viendo en estos días de otoño.
Posando en la actualidad más cercana, convendría que los más finos analistas del lugar averigüen lo que sucede con Stefan Scepovic, que ha entrado en el ostracismo en un Sporting necesitado de goles, los que tiene que marcar el delantero cedido por el Getafe. No apareció en Vallecas, y Viguera y Castro aparecieron tarde, mal y nunca. El puesto de delantero centro es crucial para un equipo que quiere volver a Primera. Con vagancia y caprichitos no se alcanza la titularidad, pero se ve que los arietes rojiblancos no acaban de ver la realidad.
Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio dónde se detectan las vías de agua más preocupantes en el seno rojiblanco en estos meses de consolidación del nuevo proyecto que ha de terminar en el ascenso a Primera, el sitio adecuado? Próxima parada, Capuchinos.
