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Antonio Rico

Fútbol es fútbol

Antonio Rico

Lúculo se baja en Tucumcari

Sobre los equipos cargados de suplentes que presentan Real Madrid y Barça en las primeras rondas de la Copa del Rey

Los que amamos el fútbol respetamos a los jugadores suplentes porque sabemos el valor de un banquillo motivado, bien preparado y con ganas de echar una mano cuando el entrenador lo disponga. Pero los que amamos el fútbol también entendemos el enfado de los seguidores de esos equipos de categorías inferiores que reciben a un gran equipo en una eliminatoria de Copa del Rey y se encuentran con un Barça descafeinado o un Madrid con pocos kilos de glamur. ¿Es que los jugadores reservas del Barça o del Madrid no tienen categoría para poder jugar como titulares en el Barça o en el Madrid? Por supuesto que sí. Hay chicos en el Barça B que merecen la oportunidad de jugar en el gran Barça de Messi, pero es curioso que esa oportunidad suela llegar en el partido de ida de una eliminatoria de Copa del Rey ante un equipo que se tomará esa eliminatoria como si fuera la celebración del Gordo de la lotería de Navidad. No me importa que el Barça, el Real Madrid, el Atlético de Madrid o el Sevilla muestren su fondo de banquillo en un amistoso en Qatar, pero me fastidia un poquito que ese fondo de banquillo salte al terreno de juego en Murcia, Fuenlabrada, Elche o Cartagena. Será que estoy poseído por el espíritu de Lúculo.

Lúculo (siglo I a. C.) era un riquísimo romano y, además, un reconocido comilón famoso por celebrar unos banquetes absurdamente sofisticados y grandiosos. Una noche, Lúculo decidió cenar solo y su criado le sirvió menos platos y mucho menos elaborados que lo habitual. Lúculo se enfadó, y el criado argumentó, con fría lógica, que si esa noche no había invitados en la casa se suponía que tendrían que servirse también menos platos. La réplica de Lúculo fue demoledora: "No olvides que Lúculo cena hoy en casa de Lúculo". Pues bien, ¿por qué cuando los grandes equipos van a cenar a una casa en la que tienen poco que ganar y mucho que perder no les importa cenar con menos platos y mucho menos elaborados? ¿Acaso Lúculo no cena con Lúculo cuando el Barça juega en Murcia? Los grandes titulares del Barça tienen que descansar de vez en cuando. De acuerdo. Seguro que también Lúculo descansaría entre banquete y banquete. Pero Iniesta podría descansar, no sé, en los últimos quince minutos de alguno de esos partidos que el Barça gana por paliza, o en un partido enterito de Liga de Campeones con la clasificación ya en el bolsillo. En todo caso, Lúculo siempre tiene que dejar claro que es Lúculo. Los grandes equipos nunca deben olvidar que, aunque crean que juegan solos porque nadie duda de su victoria, juegan con Lúculo.

Y aún diría más. Lúculo y el general Mortimer, eso es lo que los aficionados queremos tener delante cuando pagamos por ver a esos equipazos. Al principio de la película "La muerte tenía un precio", el general Mortimer viaja en tren y dice que se va a bajar en Tucumcari. Un viajero, un poco asustado por el imponente aspecto del general, le dice que ese tren no para en Tucumcari. Y así es. Pero el general Mortimer zanja la cuestión a su estoica manera: "Este tren parará en Tucumcari". Y el tren paró, claro. El Barça y compañía no sólo tienen equipos tan lujosos como una cena en casa de Lúculo, sino que cuando dicen que un tren parará en Tucumcari seguro que terminará parando en Tucumcari. O sea, que sí. Ya lo sabemos. Las primeras eliminatorias de la Copa del Rey no serán un problema para los grandes porque el tren siempre parará en Tucumcari y no en Murcia, Fuenlabrada, Elche o Cartagena. Pero ya que el tren parará en Tucumcari, qué menos que invitar a una cena digna de Lúculo. Nos bajaremos en Tucumcari, vale, pero bien comidos, bien bebidos y orgullosos de haber jugado contra Lúculo. Además, quién sabe. ¿Y si Lúculo tiene una indigestión antes de llegar a Tucumcari?

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