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Ángel Cabranes

Análisis

Ángel Cabranes

Santos encabeza el triunfo más plácido en casa

El Sporting despachó al Almería sin apurarse. El triunfo ante el Nàstic y el conseguido ayer ante los andaluces fueron de esa especie de trámites en los que los equipos grandes son capaces de convertir algunos partidos. Se encontró con un rival tocado por las lesiones y vulnerable en lo defensivo, pero los de Herrera, sin florituras, no perdonaron.

Viguera, sorpresa y perdón

Borja Viguera fue el elegido para protagonizar la sorpresa que, cada jornada, se reserva Paco Herrera para renovar el once. El riojano no se pudo cobrar el gol que falló en Vallecas, pero cuajó un buen partido actuando como mediapunta, por detrás de Santos. Se llevó la ovación de El Molinón en reconocimiento a su trabajo. Los aplausos también ejercieron como una especie de perdón por parte de la afición, crítica en sus anteriores actuaciones. La inesperada decisión del entrenador del Sporting puede haber ayudado a recuperarle para la causa.

Santos, mejor por arriba

El gol de Vallecas le acreditó como el delantero que siempre demandó ser en el Sporting. El uruguayo repitió, ante el Almería, como el jugador más adelantado del conjunto rojiblanco. Y volvió a ver puerta. Firmó, de cabeza, su cuarto tanto en competición liguera. Este tipo de remate es ya su especialidad desde que llegó a Gijón. Salvo el penalti que convirtió ante el Nàstic de Tarragona, todos los ha hecho así. El charrúa, que siempre dio sensación de peligro, fue generoso. La acción del segundo gol, en la que tuvo opción de remate, prefirió finalizarla buscando a Viguera. Pudo volver a hacer gol en la segunda parte, con otro remate de cabeza que se fue cruzado.

El Almería, muy frágil atrás

Owona y Joaquín, centrales del Almería, brindaron demasiadas facilidades a un Sporting que empieza a afilar el ataque. El cuadro andaluz, castigado por las bajas por lesión, dejó en Gijón una imagen de excesiva debilidad defensiva de la que pudo hacer más sangre el conjunto rojiblanco.

Caballero, el aliado

El Molinón tenía bien presente que le debía una a Pablo Caballero. El autor del gol con el que el Lugo empató ante el Girona y dio opción a que el Sporting lograra su último ascenso a Primera División, visitó Gijón por primera vez desde aquel inolvidable final de Liga, con el Almería. No fue titular, debido a las molestias físicas que llevaba arrastrando en las últimas semanas, pero saltó al campo en la segunda parte. El sportinguismo le brindó una amplia ovación en agradecimiento a aquel tanto. Aplausos a los que pareció sumarse, por unos segundos, Sergio Álvarez. El argentino devolvió el gesto con una sonrisa.

Iglesias Prieto desespera

El Sporting pudo cerrar el triunfo ante el Almería con mayor ventaja si Iglesias Prieto, el colegiado del encuentro, no hubiera dejado sin castigo una caída de Isma López en la frontal cuando el navarro se iba solo ante René, meta visitante. La acción desesperó al público y al banquillo rojiblanco, pese a que el partido parecía ya resuelto.

El Molinón ya gana con calma

El sportinguismo llevaba tiempo sin poder celebrar un triunfo en casa sin apreturas en el marcador ni apuros sobre el terreno de juego. Los temidos bajones del equipo en la segunda parte no llegaron a alcanzar cotas de partidos anteriores y los rojiblancos impusieron su mayor orden y claridad en los metros finales para llevarse el triunfo. El escenario permitió ofrecer cierta sensación de dosificar esfuerzos en los minutos finales del partido.

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