Vuelve la Liga en un fin de semana clave. Vuelve la Liga y ya no habrá más parones hasta las vacaciones de Navidad que sacó para los futbolistas Manolo Sánchís en años en los que los futbolistas tomaron el mando de las operaciones. La rutina liguera regresa esta tarde con masiva presencia de los equipos que juegan Liga de Campeones. El Barcelona visita al Leganés de Cuéllar y el Real Madrid, al Atlético de Madrid, del que no se sabe si sube, si baja o si se está quieto. Los dos equipos madrileños sabrán el resultado del líder Barcelona cuando inicien su duelo, por lo que todo indica que estarán sometidos a fuerte presión porque si no ganan se verán alejados del título de Liga. Y sólo puede ganar uno.

Jornada metida en harina, que diría el clásico García, también para un Sporting que puede ser víctima del combayeo, tan nefasto en el fútbol. En días como éstos conviene sintonizar aunque sea brevemente el canal historia y recordar los días en los que Joaquín Alonso (todos en pie) iniciaba su triunfal trayectoria futbolística. Joaquín era víctima de la incomprensión de la grada, que lo abroncaba con frecuencia. El entrenador que lo lanzó, Vicente Miera Campos, pregonaba por semana: "Da igual que lo silben o lo insulten: va a jugar siempre". Pues eso, distinguido público; allí no había una gota de combayeo al que tan aficionados parecen ser algunos entrenadores. No tiene que haber sitio para los combayones en el fútbol profesional.

El Sporting recibe mañana al Cádiz, que dirige con mano sabia Álvaro Cervera, aquel buen extremo. Tras la decepción frente al Valladolid, pese a la nueva ausencia de Sergio Álvarez, el Sporting está obligado a ganar. Las cuentas que se hicieron de sacar nueve puntos del actual bloque de tres partidos se han venido abajo con la derrota en Reus y el empate ante el Valladolid. De seis puntos, uno. La victoria ante el Cádiz dará cuatro puntos de nueve posibles, que seguirán siendo pocos para un equipo que quiere ascender, y que va a ascender, según su entrenador, don Francisco Herrera.

Con el Cádiz se supone que llegará David Barral, ariete de la época del llorado. Barral es un tipo peculiar, que parece haber perdido peso quizá por consejo del doctor Escribano, quien, como se sabe, recomienda al futbolista adelgazar cada año un kilo, fórmula que le permitió al portero Palop tener una carrera longeva en la que le hizo la cama a Marcelino en demostración de poco ojo.

Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿cuántos días necesita Esuperio para darse cuenta de que hay importantes estructuras rojiblancas que no están funcionando como se merecen el club y su historia? Próxima parada, Capuchinos.