El Sporting de Paco Herrera ha alcanzado el primer tercio de competición con sensaciones agridulces. Después de un primer mes más que prometedor, siempre hablando a nivel de resultados, el conjunto rojiblanco se ha ido dando de bruces con la realidad de la Segunda División.

Las victorias ante Lugo, Sevilla Atlético o Almería se han tomado como "obligatorias" para un equipo cuyo objetivo desde el día uno ha sido el ascenso, sin pararse a valorar lo complicado que es sumar de tres en tres en esta categoría, como el propio filial sevillista dejó claro en su último desplazamiento a Los Cármenes, consiguiendo su primera victoria de la temporada en casa de otro de los gallos de la Liga 123.

Por otro lado, las dolorosas derrotas de Soria, Pamplona o, más recientemente, Reus, han pisoteado la confianza de una plantilla que parece haberse olvidado del nivel que posee, como se demostró en los pobres noventa minutos del encuentro frente al Valladolid.

A día de hoy, el Sporting salta al campo como los concursantes del mítico programa de "Humor Amarillo", donde su famoso protagonista, el Chino Cudeiro, intentaba atravesar una puerta sin saber si esta sería real o, simplemente, estaría hecha de papel. Los rojiblancos, por ello, avanzan temerosos por el discurrir de los partidos, obviando, en ocasiones, su papel de equipo grande dentro de la categoría.

Precisamente de humor y de amarillo, algo saben los próximos visitantes del Molinón. Los pupilos de Álvaro Cervera comenzaron la temporada lanzados, dando por hecho que eso era "lo normal", dentro de un proyecto que seguía una línea continuista con respecto a la campaña anterior. Pero Doña Segunda no perdona. Después de una alarmante racha negativa, donde los cadistas encadenaron ocho encuentros sin conocer la victoria, cinco sin anotar un solo tanto y llegando incluso a marrar tres penaltis en el partido frente a Osasuna, los gaditanos parecen haber remontado el vuelo, situándose a tan solo una victoria del play-off por el ascenso.

Una victoria. Misma distancia que, pese a todo, separa al Sporting del liderato. El conjunto de Herrera mantiene el pulso de la cabeza pese a los pasos en falso de las últimas fechas, sobre todo en lo referente al juego. A día de hoy, y dentro de esta maratoniana competición, los gijoneses no dejan de encontrarse en una situación que, para otros muchos, sería privilegiada.

Sin embargo, bien harían los de Paco Herrera en dar un paso más, demostrar una mayor autoridad durante el transcurso de los encuentros y enfrentarse a las pruebas venideras con un punto más de confianza, si quiere que, desde este domingo, las veintiocho puertas que faltan por atravesar empiecen a estar compuestas de papel.