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Pablo González

Siempre nos quedará AC/DC

Cuando después de 94 minutos de partido lo poco que queda para rescatar del hipocampo es el homenaje de Borja Blanco, speaker de El Molinón, al fallecido fundador de AC/DC Malcolm Young, es que lo visto no merece la pena ni archivarlo o, lo que da más miedo, que la cosa no funciona. Y esto último es lo que le ocurrió ayer al Sporting, que saltó por primera vez en mucho tiempo al campo sin ningún asturiano en el once. Pero lo peor es que esa sensación de que algo falla sea compartida por el de la butaca de al lado, por los de dos más allá, por los de la tercera fila, por la grada de enfrente...

El Sporting no funciona y el Cádiz sacó a relucir sus carencias. Faltos de centrocampistas creativos, los rojiblancos lo fiaron todo ante el Cádiz a su pléyade de mediapuntas, que de eso el cuadro gijonés anda sobrado. Y para redondear el desaguisado, lo que venía siendo de fiar hasta la fecha, el sistema defensivo, y en especial Barba, que ayer estuvo flojo, flojo, flojo, se vino abajo. Todo ello en una tarde propicia para los intereses rojiblancos después de las derrotas de rivales directos como Numancia y Osasuna. Así que sin fútbol y sin solidez atrás, el Cádiz sólo tuvo que esperar su ocasión. La tuvo y la aprovechó. Tras el gol, el guión esperado. El Cádiz dio un paso atrás y el Sporting uno adelante, pero sin un plan ni capacidad de reacción desde el banquillo. Así que los gaditanos tuvieron tiempo para hacer más grande el desastre, incluso para que Barral hiciera su golito.

Llega el frío, el equipo muestra que tiene congeladas las ideas y la grada empieza a calentarse. Todavía no hay nada perdido y no habrá aún que entonar aún el "Highway to hell". Pero la cosita no pinta bien.

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