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José Luis Salinas

Un equipo, por fin

La chiquillada de Yeboah podía haber salido cara, y en condiciones normales hubiera pasado mucha factura, pero este Oviedo tiene una personalidad diferente al de las últimas temporadas. Da igual la losa que se le ponga encima, que es capaz de levantar cualquier situación complicada. Lucha contra viento, como ayer en el viejo Nervión, y marea, como hace una semana en la piscina del Tartiere. Es más, da la impresión de que al equipo le gusta ponerse retos y complicarse la vida. Hace siete días fallando un penalti y en Sevilla jugando con diez durante casi todo el partido.

No estaba el partido para muchos alardes después de que Yeboah cometiese la estupidez por la que fue expulsado. Todo después de que el jugador sevillista le estuviera provocando y tratando de sacarlo de sus casillas. Cosas de la formación que se da en los filiales, pero bueno, ése es otro debate. El caso es que el ghanés picó y cayó con todo el equipo. Bueno, con todo no, que el Oviedo no se descompuso en ningún momento. Ni siquiera cuando el árbitro se inventó un penalti inverosímil. Otra prueba más de que los de Anquela pueden con lo que les echen.

Atrás comienzan a quedar los ridículos de antaño fuera de casa. Los baños de realidad fuera del Tartiere. Las desilusiones cuando todo se veía de cara. Anquela ha encontrado un bloque muy compacto de jugadores que dan la cara y se la juegan por este equipo. Éstos no se esconden. Qué diferencia con temporadas no tan lejanas. Este equipo tiene carácter, tiene garra, es generoso en el esfuerzo y, esencial, tiene humildad. Nadie está por encima de nadie. Todos arriman el hombro cuando hay que defender. Desde Linares hasta Alfonso o "los buenos" como Berjón. Es fácil el elogio cuando las cosas vienen bien dadas. Es verdad. Pero aun cuando peor estaban las cosas el Oviedo no le perdió la cara a ningún partido. Siempre siguió intentándolo hasta el final.

Ahora hagan caso a Anquela y no lancen las campanas al vuelo, que esto es muy largo y volverán a venir mal dadas. Pero lo que ha demostrado este equipo hasta ahora es que en este Oviedo se puede tener fe hasta el final.

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