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Eloy Méndez

Pase al hueco

Eloy Méndez

Jony como redentor

Certezas y riesgos del posible regreso a casa del extremo cangués

El partido del pasado sábado contra el Córdoba ya se ha visto esta temporada muchas veces. Demasiadas. El equipo sale en tromba, hace gol, pierde la intensidad, cede el balón y se entrega a sufrir hasta el final (cuando no a lamentar), en un quiero y no puedo agonizante. No hay sometimiento del rival, ni siquiera autoridad. Las victorias dejan casi siempre un sabor agridulce y los empates un insufrible regusto a derrota. Algo aceptable en septiembre, pero imperdonable en enero para un aspirante a todo.

Así que los fichajes urgen, sobre eso no cabe debate. Sí lo hay en torno a quién, para qué y por cuánto (tiempo y dinero). Y ahí aparece el nombre de Jony, aclamado por muchos como el hijo pródigo que devuelva la ilusión a base de puñaladas por la banda. Razones tienen quienes lo reclaman. Al Sporting le hace falta un extremo puro como el comer, el de Cangas del Narcea conoce de sobra la casa porque creció en ella y en El Molinón dio la mejor versión de sí mismo en aquel equipo de los guajes del Pitu Abelardo, que forma parte ya de la Historia rojiblanca con mayúsculas simplemente porque representó su esencia, tan maltratada ahora, una vez más. Pero se deben tener en cuenta otros factores antes de proclamarle redentor de todos nuestros pecados.

Porque Jony, que dejó en su día el barco de aquella manera, lleva dos años sin continuidad, así que es arriesgado afirmar que se encuentra a un nivel competitivo óptimo. Tampoco se sabe cuánto pide para regresar al hogar por medio año. Incógnitas fundamentales en cualquier operación que habrá que despejar cuanto antes. Es cierto que el jugador del Málaga levanta más ilusión que nadie en la hinchada. Pero conviene prudencia en la negociación y, por qué no, pedir generosidad a ambas partes.

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