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Silvino y once más

El Oviedo como reflejo de su utillero

Antes de regresar al césped de Vallecas conviene centrarse en cuestiones más urgentes. Estamos metidos de pleno en el mercado de invierno. La actividad en los despachos del club es frenética. Llamadas, mails, wasaps? El Oviedo, según dicen, no ha podido traer de vuelta a Koné pero sigue a la caza de un delantero. El club, sin embargo, antes de comenzar las posibles negociaciones, debería responder de inmediato a una cuestión que tiene en vilo al oviedismo: ¿Qué leches hace Silvino, el utillero del equipo, en manga corta en pleno enero en Huesca y en Vallecas? Cuatro y cinco grados respectivamente. Probablemente Silvino también fuese en camiseta el año pasado en esos mismos campos, cuando el Oviedo hacía el ridículo sin importar la temperatura. No sé, quizá es demasiada poesía, pero se antoja complicado ver al Oviedo fracasar con el invisible manto protector de su utillero. Silvino es uno de esos tipos auténticos que aún quedan en el fútbol. Hasta su nombre evoca tiempos pasados. Pura garra asturiana, incluso tiene cara de vaqueiro. Pocos se acordarán, pero el año pasado Silvino dejó una frase para la posteridad. El servicio de prensa del club hizo un pequeño vídeo sobre la sala de las botas del Requexón, con Silvino como protagonista. En un momento dado le preguntan sobre el tipo de botas que duran más. "Las que no se usan", respondió Silvino con rotundidad. Brillante. Cortita y al pie, como Anquela después de un partido. Anquela, Silvino y once más, con eso el Oviedo puede estar tranquilo.

Además del utillero y el entrenador, en Vallecas también estuvo en masa la afición del Oviedo, comandada por la Peña Azul Madrid. Los que están fuera de Asturias (demasiados, desgraciadamente) saben lo que significa apoyar a tu equipo desde la distancia. Se vive el doble, es incluso nostálgico y puede ser un ejercicio en soledad. De ahí que la función de esta peña en Madrid sea fundamental y muy meritoria. Reúne a cientos de oviedistas todos los fines de semana en un bar cerca de la glorieta de Bilbao y, cuando el partido responde a las expectativas, muchas veces se vive la locura. Como cuando el Oviedo ganó al Getafe el año pasado en el noventa y la sede de la peña se vino literalmente abajo. El Oviedo está especialmente vivo en Madrid. Hay muchos estudiantes oviedistas en la capital que han conseguido que sus compañeros de piso se conviertan en forofos azules, incluso ibicencos o extremeños (totalmente real). Somos diferentes.

Sobre el partido hay que decir claramente que, con todo a favor, el Oviedo se dejó dos puntos en Vallecas. El resultado era bueno a priori y será mejor si los azules, con una defensa en cuadro, logran doblegar al Almería. Queda la sensación de que se podría haber logrado algo más después de estas dos duras salidas. Lo importante es no dudar, porque la confianza en este equipo sigue intacta. Lo dicho, Silvino y once más. (Para Junior, tristemente fallecido anteayer en un accidente junto al Tartiere. Tus excompañeros del Juventud Estadio no te olvidamos).

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