La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Librero

Retorno a 1978

El Molinón asiste al mejor partido del Sporting este año y al liderato del filial

En la ceremonia de los Óscar de 1978 la película que se llevó los galardones principales fue "Annie Hall". Su gran rival aquel año había sido "La guerra de las galaxias". El cine de autor vence al gran espectáculo fueron los titulares de prensa el mismo año en el que el Sporting terminaba la liga en quinta posición. Aquella Liga de dieciocho equipos la ganaba el Real Madrid con ocho puntos de ventaja sobre un Sporting recién ascendido. Esa temporada, la 77-78, fue en la que comencé a acudir a El Molinón y en diciembre del 77, casi de la mano de mi hermano Cele, entré por primera vez en una sala de cine, el María Cristina, y mi estreno se produjo precisamente con el episodio IV de "La guerra de las galaxias". Quini, Luke Skywalker, Castro, Mesa, Darth Vader, Han Solo, Ferrero, Leia? Como tantos de mi generación, la del boom demográfico, pensaba que todo iba a ser así siempre: puro espectáculo. Después los de Star Wars decidieron hacer episodios I, II y III y el Sporting se pasó al lado oscuro cuando se convirtió en Sociedad Anónima y ya nada volvió a ser lo mismo. Ahora parece que los nuevos episodios de la saga galáctica comienzan a gustar a los seguidores mientras el equipo rojiblanco continúa en su búsqueda de identidad. Ya que en este fútbol moderno, con sus dineros y sus repartos televisivos, es imposible que un equipo normal acabe la Liga a menos de 30 puntos de los de arriba, ya que no podemos competir con el gran espectáculo, deberíamos ceñirnos al cine de autor. Y en eso parece que andamos ahora, con esta nueva pretemporada que parece que comienza a dar sus frutos y que nos ha regalado dos vistas a El Molinón en este fin de semana que se cierra con el partido más convincente del año y el asalto al liderato del Sporting B, un filial que no lo parece y que se muestra como un equipo con hechuras de solidez y veteranía.

En la escena final de la película Annie Hall la voz en off del personaje protagonista, Alvi Singer, nos cuenta una anécdota que resume lo que para él suponen las relaciones humanas: "Recordé aquel viejo chiste, aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: 'Doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina'. Y el doctor le contesta: "Pues por qué no lo mete en un manicomio'y el tipo le dice: 'Lo haría, pero necesito sus huevos'". Y, más o menos así son también las relaciones de los aficionados con su equipo de fútbol o con este deporte en general, y por eso seguimos acudiendo al campo o siguiéndolo por televisión. Sabemos que este espectáculo es totalmente irracional, loco y absurdo, pero necesitamos sus huevos. Solo así, desde esta mirada absurda e irracional, se puede explicar cómo casi en tan solo un mes hemos pasado de mirar de reojo los puestos de descenso, de pedir la dimisión hasta del encargado de las llaves de Mareo, a pensar qué fichajes nos vendrían bien para clasificarnos para Europa la temporada que viene.

Lo cierto es que el partido del sábado puso de manifiesto las virtudes de este equipo y fue el único de toda la temporada en el que, al menos yo, tuve la sensación de que los que vestían de rojiblanco eran mejores que los contrarios. Mariño apenas intervino, de los centrales no nos acordamos, los laterales tuvieron más presencia en el área ajena que en la propia, hubo ocasiones, Bergantiños y Sergio siguen cumpliendo su papel a rajatabla, Carlos Castro sigue demostrando que algo puede pasar cuando el balón pasa por sus botas y, el mayor activo de este club, su afición, se reencontró con el equipo; una afición animada sin duda por el retorno de uno de los nuestros, de un Jony con ganas de demostrar que la banda izquierda de El Molinón va a ser un quebradero de cabeza para los entrenadores rivales.

Que la fuerza nos acompañe.

Compartir el artículo

stats