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Pablo González

Misterios sin resolver y la condena de la memoria

La salida de Moi Gómez borra casi por completo la etapa de Nico Rodríguez, mientras Mareo sigue sin dar un lateral derecho

La salida de Moi Gómez con rumbo al Huesca de Rubi -ayer criticado por cambiar de sitio el banquillo local de El Molinón y vetar el padrenuestro del pater Fueyo, hoy aclamado líder de Segunda- borra casi por completo la aportación de Nico Rodríguez como fugaz secretario técnico del Sporting del último descenso. Con la marcha del mediapunta, seguramente quejoso por no tener más minutos y por las exigencias de la grada de El Molinón, sólo quedan a nómina del club rojiblanco tres (Mariño, Whalley y Viguera) de los dieciséis de los fichajes-cesión de la etapa del antecesor de Miguel Torrecilla. De los tres, sólo Mariño está brillando. De ahí que sobre la trayectoria Nico Rodríguez en el Sporting haya caído, como ocurría en Roma con los considerados enemigos del Estado, un manto de desgracia y haya sido castigado a la "damnatio memoriae", a la condena de la memoria, por parte de los rectores del club.

En tiempos de los emperadores este castigo consistía en hacer borrar el nombre del condenado de cualquier inscripción, imagen, monumento... Vamos, hacerlo desaparecer de la historia, de la memoria colectiva. Algo parecido ocurre en el fútbol. Y si no que se lo digan a Zidane, al que un mes después de ganar el Mundialito de clubes -cierto es que torneo menor por la entidad de rivales, lo ganen los blancos o los culés- ya quieren dar la patada y sustituir al galo de las dos Ligas de Campeones por Guti, Solari o el que toque hasta que Florentino encuentre a otro entrenador que venda más cromos.

De vuelta a la finiquitada etapa de Moi Gómez esta temporada como rojiblanco (se marcha cedido), destaca la incredulidad de muchos seguidores sportinguistas sobre que el futbolista vaya a reforzar las filas de un teórico rival por el ascenso. Aunque si el jugador no era feliz en Gijón mejor puente de plata y a cruzar los dedos para que la parcela deportiva se haya acordado de incluir en el contrato una cláusula del pánico para que Moi Gómez no juegue en partido de vuelta en Huesca contra sus excompañeros. No vaya a ser...

Hecho el hueco, ahora llegan los del segundo turno de Torrecilla para cubrir las carencias que no se taparon en verano. El director deportivo rojiblanco ha atado a Hernán Santana para varias temporadas. El centrocampista, dicen que de corte similar a lo que ya hay (Sergio Álvarez y Bergantiños), llega de Las Palmas, un equipo en descomposición -habrá que ver si la detiene Paco Jémez- marcado por los problemas dentro del vestuario y por las salidas de madre en las numerosas discotecas de la isla. Quedan días de mercado invernal para comprobar si Torrecilla se anima a traer a un lateral derecho para situar el misterio sin resolver de lo que ocurre con este puesto en el Sporting a la altura del fenómeno ovni, de la existencia de "big foot" o del mito de la Atlántida. Y es que los últimos laterales derechos que dio Mareo fueron Pablo y Arturo (ríos se han secado y montañas desaparecido desde entonces). Luego hubo que optar por el mercado (Diego Alegre, bendito Sastre...) o por la reconversión (Lora).

Y en una semana de visita al Tartiere para jugar el partido del que nadie, ni en Gijón ni en Oviedo, quiere hablar. Por ahora.

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