El bombardino de Javi Fuego sigue sonando. Pasan los años y el centrocampista poleso de la cosecha del 84 no para de sumar partidos en el fútbol profesional. Lejos queda ya aquella tarde en Butarque (5 de mayo de 2002) en la que un juvenil del Sporting tomó la alternativa en el primer equipo sustituyendo al guaje Villa a falta de un minuto para el final del partido ante el Leganés.

Eran los tiempos en los que el Sporting cumplía fielmente con la tradición de presentarse en el verano como un firme candidato al ascenso y con el paso de los meses acabar decepcionando a su afición. En aquel ambiente creció Javi Fuego, que alcanzó las mieles de la sub-21, y que unas temporadas después, a pesar no haber contado en sus inicios con el beneplácito de toda la grada de El Molinón, se convirtió en uno de los fijos en el equipo y en una voz autorizada en un vestuario con foriatos veteranos de colmillo retorcido que estuvieron a punto de dar un disgusto gordo al club por los impagos. Incluso entre medias, el Real Madrid quiso llevarse al centrocampista a cambio del traspaso de Javier Dorado. También llamó a su puerta el Deportivo. Pero Javi siguió en Gijón hasta que le dejaron.

Con los rojiblancos jugó 117 partidos oficiales. Pero llegó el verano de 2007. El club quería hacer caja y, de paso, deshacerse de un jugador con personalidad dentro y fuera que asustaba a más de uno. Quizá fuera porque cumplía en el campo y en los entrenamientos, porque era un gran estudiante que aún sacaba tiempo para tocar el bombardino con la banda municipal de Pola de Siero, o simplemente, por ser un tío normal en un negocio en el que escasean. También porque se quería un vestuario sumiso. Tampoco era del agrado del cuerpo técnico, tal y como se demostró una vez que el chaval puso rumbo al Levante a cambio un traspaso de algo menos de 900.000 euros. Y es que había que hacer sitio a Matabuena. Se repetía así una vieja historia en el seno del Sporting: hacer más caso a los de fuera que a los de casa. Así se fue, por ejemplo, Óscar Celada, al que no renovaron por calderilla, para luego traer a los "rentables" Poyatos, Kosolapov y compañía.

Once años después de salida de Javi Fuego del Sporting, el poleso ha fichado por el Villarreal, donde llega con 261 partidos jugados en Primera y 184 en Segunda. Otro que no valía, pero ya se ve que el bombardino de Javi Fuego sigue sonando como lo hizo en el Levante, Recre, Rayo, Valencia y Espanyol.