La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrenador de fútbol base

El derbi en la novena planta

Queda comprobar si el equipo de Baraja sigue con los síntomas de recuperación o hay que aplazar el alta definitiva

Consumo fútbol desde que tengo uso de razón. Recuerdo que mi padre estuvo a punto de enviarme a la cama por preguntar demasiadas veces a qué hora jugaba Colombia la noche de mi sexto cumpleaños. Dedico la mayor parte de mi tiempo libre (y no tan libre) al fútbol. He hablado sobre fútbol en el bar, en el gimnasio, en la universidad, en la panadería, en el parque? y ahora, me toca hacerlo en el hospital.

El balón, como en la mítica serie de "Óliver y Benji", ha sido mi amigo durante todos estos meses. Una vía de escape desde la que despejar la mente y robarle minutos, horas, incluso días, a la leucemia. Y en el HUCA, claro, no tardaron en darse cuenta.

"¿Hoy también hay partido?". Suele ser la frase más repetida por los menos futboleros. Otros, en cambio, abren la puerta para preguntarte, como si de José María García se tratase, minuto y resultado. Todos, sin excepción, saben que el día no ha sido bueno si no te ven con la tablet en la mano a la hora de la cena.

Pronto, también, conocen tus colores. Ahí es cuando comienzan los problemas. Cada tropiezo de tu equipo se convierte, instantáneamente, en un buen motivo para alargar la conversación.

Imaginad ahora cómo se vive en un hospital la semana previa al derbi. No importa la hora, ni el momento, cualquier oportunidad es buena para bombardear al rival. Más si, como yo, juegas fuera de casa. Bromear con que tu sangre ha cambiado de color en los últimos análisis, quitarte la bufanda que tienes colgada de la televisión, o el clásico: "3-0, no tenéis nada que hacer". Por suerte, siempre se encuentra algún aliado que, cuando nadie mira, te guiña un ojo y te vuelve a colocar la bufanda.

No se habla de otra cosa, no existen temas de conversación más allá de quién ha conseguido entrada o dónde lo va a ver el que no ha tenido tanta suerte. El balón toma el control de un hospital igual que hace con el bar, el gimnasio y la panadería. El fútbol, pese a los intentos desesperados de algunos orangutanes, vuelve a demostrar su enorme capacidad de unión.

La semana, por tanto, transcurre con intranquila normalidad, descontando los días que faltan para poder vengarte si tu equipo gana, pero sabiendo que, en caso de derrota, saben perfectamente dónde van a encontrar al chaval del Sporting de la novena planta.

Solo queda ya seguir tachando fechas en el calendario para que llegue el domingo y comprobemos si el equipo de Baraja, continua con los mismos síntomas de recuperación mostradas en las últimas semanas o, por el contrario, hay que aplazar el alta definitiva una semana más.

Compartir el artículo

stats