Había dudas y algo de miedo a cómo podía haber afectado la derrota en el derbi en el vestuario rojiblanco, y más con el recuerdo del bajón tras empatar ante el Oviedo en El Molinón en la primera vuelta. Aunque el Sporting tardó en entonarse, y fue en la segunda parte cuando ofreció su mejor versión, el equipo salió decidido a controlar el partido. Fruto de ello fue que tuvo a su disposición el primer saque de esquina tras una buena internada de Canella por la banda izquierda que buscó a Santos y que despejó un defensa del Numancia. De la tristeza y presión inicial se pasó a un Sporting más dominador, serio en defensa y tirando nuevamente de eficacia para ganar. La banda izquierda, con un Jony en estado pletórico, combinando a la perfección con Canella, levantó el ánimo poco a poco de plantilla y afición para recuperar la alegría.

Vuelve el carril del peligro. Fue hace tres años, con el ascenso a Primera, cuando Isma López y Jony decantaban todo el arsenal ofensivo rojiblanco hacia ese lado. Ayer, con Canella en su mejor estado de forma, y un Jony espléndido, el Sporting se fue creciendo por ese costado. Hasta seis aproximaciones claras en ese tramo del partido se produjeron por la banda izquierda. Al ya mencionado primer saque de esquina se sumó un buen desmarque de Canella en el minuto 13 en el que a punto estuvo de marcar. En el 20 Santos no fue capaz de rematar un centro de Jony y cuatro minutos después tras un buen pase de Jony al hueco hacia Canella, el de Pola de Laviana no encontró rematador. Y en el minuto 39 Carmona remató al palo un centro de Jony.

Y sin embargo, el gol por la derecha. Fue en el inicio de la segunda mitad cuando tras un saque de banda de Jony, Rubén García se internó por la banda y encontró a Calavera, que apareció en el borde del área para marcar. Y poco a poco Carmona y Calavera fueron creciendo para dejar atrás una primera parte muy gris. Especial importancia cobra la necesidad de recuperar al centrocampista balear. En el derbi tuvo un papel discreto, y ayer es cierto que tuvo una ocasión clara para marcar, pero le falta la chispa que le ha hecho ser un jugador determinante para el Sporting en varias fases de esta temporada. Con Jony en su mejor momento, el conjunto rojiblanco necesita ahora que Carmona pise el acelerador, y más con Rubén García apretando, que ayer sumó una asistencia al gol que marcó hace dos semanas en casa ante el Nàstic.

Sin dos delanteros por primera vez. Desde su llegada al Sporting Baraja había apostado, salvo en el partido de Lugo, por jugar con dos delanteros de inicio. Ayer Rubén García ocupó la mediapunta, y se repitió el dibujo del tramo final ante el Nàstic, cuando el Sporting ofreció su mejor versión. Sin dos jugadores arriba el Sporting controló mejor el partido, pero le faltó más mordiente en la primera mitad. Pero con uno o dos delanteros el Sporting tuvo de igual modo una importante presencia en ataque.

Castro, de titular a la grada. Al igual que la semana pasada en el Tartiere, Baraja convocó a todos sus futbolistas disponibles e hizo los descartes antes del partido. Éstos fueron Carlos Castro, Viguera, Álex López y Quintero. La baja del delantero de Ujo fue un toque de atención tras su flojo partido en el derbi. Otro de los que no tuvo una buena tarde en Oviedo fue Álex Bergantiños, pero Baraja decidió darle continuidad, quizás premiando que a su llegada el medio gallego forzase para jugar cuando tenía molestias y aún no estaba Sergio. Y Bergantiños ayer no defraudó, volvió a ser un pulmón en el centro del campo, con buena aportación defensiva, y recuperando de nuevo el atrevimiento en la creación del juego, aunque quizás le faltó algo más de precisión.

Triunfo ante un rival directo. Necesitaba el Sporting volver a convencer ante un equipo de la zona alta. Hasta la fecha sólo habían conseguido ganar al Lugo en la primera vuelta en El Molinón. Y ayer el conjunto entrenado por Baraja mandó un mensaje a sus rivales. El Sporting vuelve a competir ante cualquier rival y cada vez da más muestras de madurez y solidez.

El Molinón, un fortín. Llegó la quinta victoria seguida en casa, una circunstancia que no se producía desde la temporada 2014-2015, la del último ascenso, con los últimos cinco partidos en El Molinón. Con Baraja en el banquillo el Sporting sólo conoce la victoria en casa. Y lo que quizás es más importante, a la eficacia goleadora, con trece goles en cinco encuentros, se suma el hecho de que solo han encajado dos, y que los últimos tres rivales que han visitado al Sporting (Alcorcón, Nàstic y Numancia) no han sido capaces de batir a Mariño.