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Psicoesteta

Cazorla, el "pequeñín" de la eterna sonrisa

La lucha del jugador ovetense del Arsenal por tratar de superar sus lesiones y volver a jugar al fútbol

Apenas 48 horas antes de que se celebrara el sorteo de la fase de grupos del Mundial de Rusia 2018, a casi tres mil kilómetros de distancia del Kremlin, en Moscú, desde su casa de Londres, Santi Cazorla compartía en Twitter el siguiente mensaje: "Debido a unas molestias en el tendón que llevaba arrastrando los últimos días he tenido que volver a pasar por el quirófano. Toca retrasar la fecha de vuelta a los terrenos de juego, mantengo la ilusión y motivación para volver a disfrutar de mi gran pasión: el fútbol".

Santiago Cazorla González (Lugo de Llanera, 1984) confirmaba así una nueva recaída, una nueva intervención quirúrgica, la novena desde que en el otoño de 2008, siendo jugador del Villarreal, sufrió su primera lesión de importancia: una fractura del peroné en la pierna derecha.

Integrante de la selección española que se proclamó campeona de las Eurocopas de 2008 y 2012, el bueno de Santi Cazorla -el "pequeñin", como le llaman cariñosamente sus compañeros- tenía un presente más que prometedor. Su compañero en el combinado nacional y en el submarino amarillo, Marcos Senna, confesaba entonces a los medios de comunicación que "hoy por hoy, Messi está un peldaño por encima porque Kaká ha estado lesionado pero el jugador que me encanta es Santi Cazorla. Estoy con él a diario, veo cómo entrena y es un auténtico fenómeno. No se puede decir que es el mejor porque es del Villarreal, pero si estuviera en el Madrid o en el Barça eso sería diferente".

La opinión de Marcos Senna era compartida por otros muchos analistas del fútbol. Su nombre llegó a sonar como posible fichaje del Real Madrid pero finalmente, en el verano de 2011, el Málaga desembolsó cerca de 20 millones de euros para hacerse con sus servicios, una cantidad ligeramente inferior a la que justo un año después pagó el Arsenal de Arsene Wenger para convertirlo en su fichaje estrella para la temporada 2012-2013.

Cinco años después de aterrizar en el club londinense, el calvario con las lesiones le sigue acompañando. Esta temporada, el "pequeñín" ha estado inédito, el pasado ejercicio apenas pudo disputar siete encuentros y en la temporada 2015-2016 únicamente jugó dieciocho partidos.

De mofletes anchos y coloraos, sonrisa perenne y siempre buenas palabras, Santi Cazorla reconocía hace unas semanas en un medio de comunicación nacional que el médico le había dicho que "si volvía a caminar por el jardín con mi hijo, me diera por satisfecho". Jamás lloró. Esas lágrimas las emplea en luchar contra el dolor y la rabia.

Desde el 10 de septiembre de 2013, cuando disputando un amistoso con España frente a Chile en Ginebra sufrió un golpe en el tobillo que le provocó una fisura en el hueso, el dolor ha acompañado a esa parte de su cuerpo mientras que en el rostro sigue irradiando un semblante de chico bueno y educado. Apenas dos años después pasó por el quirófano para operarse de una rotura del ligamento exterior de la rodilla izquierda, pero el tobillo ha sido lo que le obligó a someterse a intervenciones quirúrgicas una tras otra, hasta en nueve ocasiones en un solo año. La novena hace unas semanas.

A pesar de todo, a pesar de sufrir una lesión sin antecedentes en el mundo del fútbol, Santi Cazorla no pierde la esperanza. Tampoco los aficionados "gunners", que cada quince días corean su nombre en las gradas del Emirates Stadium, donde se ha ganado el cariño desde que llegó. Su club, el Arsenal, le renovó el contrato hasta junio de 2018 en noviembre del pasado año, en plena agonía de lesiones. El de Lugo de Llanera no tiene ficha hasta enero, cuando se preveía que volvería a poder entrenar con sus compañeros.

Con este nuevo contratiempo es casi seguro que Santi Cazorla pase su segunda temporada en blanco cuando, si las malditas lesiones le llegan a respetar, entraría en todas las quinielas para estar entre los convocados por Julen Lopetegui para el Mundial de Rusia. A su móvil -en el perfil de whatsapp se lee "Volveré"- llegan casi a diario mensajes de ánimo de Andrés Iniesta y David Silva. Seguro que el bueno de Santi ya está pensando en qué les mandará cuando comience la concentración en Krasnodar. Él sueña con volver cuanto antes y nosotros con que lo haga. ¡Vamos, pequeñín!

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