Pocos sportinguistas merecen tanto un homenaje como Jesús Castro, modelo de conducta dentro y fuera del campo durante toda su vida, que acabó en tragedia precisamente por eso. Que la puerta 1 de El Molinón lleve el nombre del inolvidable portero es una decisión de justicia y que deja en buen lugar al club por haber sabido escuchar el sentir de la afición, recogido en miles de firmas.

No han tenido la misma suerte, por el momento, otras iniciativas populares que tratan de dignificar la historia rojiblanca, como el "paseo de la fama", presentado hace cuatro años por la Asociación Anselmo López para que las figuras que han vestido la camiseta del Sporting tengan una placa. El proyecto prevé que los nombres de los futbolistas se coloquen alrededor de El Molinón, desde el acceso al Fondo Sur (donde estaba la primera puerta del campo) hasta la Tribuna Oeste. Pese a que los impulsores están dispuestos a correr con todos los gastos, hasta ahora sólo se han encontrado con buenas palabras por parte del club y con las trabas burocráticas del Ayuntamiento. Ni siquiera les han informado sobre posibles cambios en el trayecto de su idea original.

Y, hablando de tributos, es imposible no mencionar el que Jony rindió hace seis días al fútbol con su gol. Solo con esa jugada ha dejado mal parados a los que rechazaron su fichaje durante el pasado mercado invernal por una presunta falta de ritmo o un exceso de peso inexistente a simple vista. Fue lo mejor del partido frente al Numancia, con buenas sensaciones, como ya es costumbre junto al Piles. Ahora falta prolongarlas de una vez por todas a domicilio. Sólo así, el Sporting podrá presentar una candidatura creíble para regresar a donde hace tiempo le puso la Historia.