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Lección oportuna

El Sporting se hace grande ante los grandes y desconecta ante rivales sin lustre, como el Reus

El Molinón tiene aroma de gran cita para equipos que vivieron la mayor parte de sus vidas en categorías regionales, o mismamente en la Segunda B. Llegan los rivales -por ejemplo el Reus- con la típica parafernalia que rodea estos encuentros, grandes para su historial reciente: jugadores subiendo fotos a la red; risas nerviosas mirando el escenario... Los prolegómenos, que dicen las crónicas. Ahí se acaba la fiesta. En cuanto se ponen en marcha, recuerdan que: "Jony juega entre algodones; les falta Sergio en el medio y también es baja el uruguayo Santos". "Chavales, tenemos opciones de hacer algo grande". El míster les lleva leyendo la cartilla toda la semana. Conoce ese campo, esas gradas que se inquietan a la primera oportunidad visitante, resuelta en la décima final por Mariño: faltaría más. Esos equipos al Sporting le ponen en aprietos, se atraganta con tanta espina en el campo. Como el Girona al Real Madrid, por ejemplo. El miedo escénico -lo sentimos por Jorge Valdano- ya no se come a los chicos.

El Sporting de esta temporada se hace grande ante los grandes. Desconecta ante rivales sin lustre. Se atasca en tramos del partido. Una de las dos mitades la pierde por completo. ¿Qué le salva entonces? El remate final o el último arreón. Primero intenta frenar las expectativas del incómodo rival. ¿Que éste no se encoge? Pues a rematar por alto, por bajo, como sea. El Sporting sin Michel Santos tiene sus opciones: segundas jugadas; llegadas desde segunda línea... El partido del domingo se abrió por la banda que no dominaba Jony, la conexión de los cedidos del Éibar y el toque de distinción del omnipresente Carmona. Y es que para demostrar que se puede ganar sin el uruguayo, el mismo Carmona, con su "servicio funciona", arregló el partido. En la primera parte, claro. Pero quedaba una segunda mitad que al Sporting le sobraba. La falta de Sergio se hizo más patente. Bergantiños estaba viudo de compañía y el gallego empezó a pagar el esfuerzo que acumulaba. Los insulares aportan lo justo durante un tiempo, bastante menos cuando los minutos van pasando. Los provenientes de Mareo, con una pequeña parte de la confianza que otorga la grada a los canarios, cogerían vuelo, impulso para asentarse en el once inicial de algunos encuentros.

La temporada de Segunda es tan larga que todos los equipos pasan baches y recuperaciones. El Sporting parece dejar atrás las dudas. El jueves se juega el partido pendiente del Huesca frente al Albacete, aplazado por el desgraciado accidente de Pelayo (recordado por la grada rojiblanca). Si los aragoneses ganan, en la cabeza de la tabla quedará un trío cuando hace un par de meses parecía que el reino de Segunda era del equipo de Rubi. En honor a la verdad, su juego es de lo mejor de la categoría y las adversidades le llegaron por todas las partes. Aragón quiere estar en la máxima categoría. Tebas no se esconde a la hora de señalar a su antiguo club oscense como candidato principal. Haciendo pareja con el Zaragoza -otro histórico que empieza a remontar-. El domingo otros dos partidazos: Rayo-Zaragoza y Valladolid-Sporting.

En el Nuevo Zorrilla esperan al Sporting confiando que la plantilla reaccione después de dar el cese a Luis César Sampedro. El Valladolid, fuera de los puestos de promoción, opta por cambiar al míster gallego. Baraja tendrá en el banquillo local un estratega diferente al esperado y bien analizado. Cambio de planes. Aprendida la lección en casa, conviene copiar y pegar en Pucela la táctica ganadora en Huesca. Sin Santos, con Sergio, también es posible regresar de la capital castellana con tres puntos de oro.

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