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De reinos y principados

El ejemplo de los juveniles para la primera plantilla del Sporting

En poco más de un año el Sporting ha cambiado, para bien, en casi todo. Sigue pendiente afrontar una solución al virus que anida en la gradas, y en la calle, usando denominación de seguidor rojiblanco como percha para todas las tropelías violentas. Después del posado en la Delegación del Gobierno queda lo más complicado: tomar las decisiones que son propias del club, sin tener que esperar a que los demás vengan a resolver un problema propio. Ya está bien de echar balones fuera y de poner paños calientes.

Este sábado puede ser un gran día. Por la mañana los juveniles aspiran a la Copa de Campeones, después de superar al ganador de la reciente Youth League, la liga juvenil de la UEFA: los hijos de la Champions. El Barça ganó esa final hace poco más de una semana. Los cachorros culés eran favoritos para ganar la competición española. Y en eso llegó Isma Piñera y sus "yogures desnatados", ligeros, manejando el cuatro, cuatro, dos, como un equipo aplicado de Primera. A los diez minutos, entre Pelayo Morilla y Sandoval pusieron emoción y gol al encuentro. ¿Esos "guajes" de Gijón de qué van? ¿no saben que somos los reyes de Europa? Pero ningún joven rojiblanco se puso a temblar ante los "divos" de La Masía. Aplicados, nunca agobiados, fueron desactivando a Juan Miranda o Alejandro Marqués en el área y cercanías. El venezolano venía de hacer dos goles en la final al Chelsea, aquí superó a Juanma y Joel en el único despiste de los dos colosos de la zaga sportinguista. Eso sucedió después de la media hora de la segunda parte. ¿Quién dijo miedo? Isma, el míster, empezó a tomar decisiones -todas acertadas-, entraron jugadores de refresco para seguir decididos a por el triunfo. Llegó a diez minutos del final. Ferre dejó a los catalanes derrotados cuando aún era posible remontar. El Sporting juvenil hizo su juego, su partido. Contenido en defensa y centro de campo, alegre en las salidas buscando el gol. Sin complejos. Pelayo Morilla, de nuevo, intervino en los dos goles. Como había hecho ante Las Palmas, con golazo incluido. Si en el banquillo del primer equipo estuviera sentado un holandés (Van Gaal o Rijkaard), no sería extraño que alguno de estos chavales debutara con la primera plantilla con edad juvenil. Eloy lo hizo aún más joven, en la Copa. No se olviden la cita final: Sporting-Atlético de Madrid, sábado a las 12 horas en televisión en abierto. En esa alineación está la esperanza de hoy. Realidad mañana. El vencedor jugará la próxima edición de la Youth League. El Sporting puede volver a Europa, con los juveniles. Los mayores deberían toma nota.

El Sporting B, aún tiene opción de ganar el título de campeón en su grupo de Segunda B. La promoción la tiene a su alcance. En cadetes también hay mimbres prometedores. Y así hasta las cunas nido de Cabueñes, donde nacen criaturas con el ADN rojiblanco. En Gijón, en Asturias, se dan bien los kiwis y los jugadores de fútbol.

El primer equipo juega unas horas después la final de cada semana. En Zaragoza y ante uno de esos históricos que lleva muy mal quemarse en el infierno de Segunda. En La Romareda habrá cuatro veces más seguidores del Sporting que hinchas maños en las gradas de Reus, un partido que terminaron empatando y gracias. Para Tebas el Reino de Aragón merece dos equipos en La Liga. Muy bien, pero que se pongan a la cola.

El Principado de Asturias, por asistencia en sus estadios y seguimiento por campos de toda España, más abonados de TDT, merece su cuota -simple o doble- en Primera. Lo son ya sus aficiones. El Sporting ganando en Zaragoza contribuye a ello.

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